“Africano”. “El Motas”. Nacido el 4 de junio de 1955 en Capital Federal. Ex alumno del Colegio Nacional Buenos Aires (promoción 72); un compañero de curso, Carlos lo recuerda por lo bien que jugaba al fútbol: “Augusto jugaba de wing izquierdo y con una elegancia particular que siempre me llamó la atención. Se me hacía que cuando dribleaba, semejaba andar en puntas de pie. Esa era la imagen que me daba”. Conte Mac Donell era un tipo alto y de ojos verdes con una ternura excepcional en su mirada. El mayor de 5 hermanos. Gonzalo uno de esos hermanos lo recuerda así: “fue un tipo muy especial. Él tenía el rol de justo, del justiciero… algo que siempre recuerdo es una de las veces en que me defendió”. Augusto actuó como fiscal por el Frente Justicialista de Liberación Nacional (FREJULI) en el triunfo de Cámpora del 11 de marzo de 1973. Con anterioridad, el 17 de noviembre de 1972 fue a buscar a Perón a Ezeiza. Formó parte con un trabajo de base, del “Ateneo Evita”, ubicado en Amenábar y Blanco Encalada del barrio de Belgrano, conformando allí, el Frente del Movimiento de Inquilinos Peronistas (MIP). Militante de la Regional I de Juventud Peronista en la villa de emergencia del Bajo Belgrano. Trabaja en el PAMI asistiendo a los viejitos jubilados y era estudiante de 3° año de Economía en la Facultad. Ya había sido detenido y allanado su domicilio el 31 de enero de 1974 por personal de Seguridad Federal, cuando antes, en la calle lo encontraron armado. El comisario Margaride negó aquella detención, pero luego debió aceptarla. Augusto fue liberado, pero no por mucho tiempo. Al toque debe resolver si hace la colimba pese a su prontuario, o no se presenta y marcha al exilio. Decide presentarse para cumplir con la patria. No quería irse del país y pensaba que su lugar era la militancia desde cualquier frente. Fue secuestrado- desaparecido el 7 de julio de 1976 en Punta Indio, provincia de Buenos Aires por la Marina de Guerra en tanto cumplía con el servicio militar obligatorio. El resto de los conscriptos lo habían elegido el mejor compañero del batallón poco tiempo antes. Su padre, abogado, dirigente nacional de la Democracia Cristiana (Línea “Humanismo y Liberación”) y fundador del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) conjuntamente con Emilio Mignone, nunca pudo reponerse de la pérdida de su hijo a quien adoraba y se suicida un 6 de enero de 1991.