Militante peronista revolucionario en la Plata. Los compañeros le decían “Ho Chi” porque a pesar de su juventud tenía el pelo entrecano y se había dejado una barba alargada que en su piel cobriza le daba un cierto parecido al líder revolucionario vietnamita Ho Chi Minh. Pero por sobre todo era, según el decir de su compañero de militancia Jorge Pastor Asuaje, “un símbolo de barrio y de argentinidad”; albañil vigoroso, lector aplicado, vecino querido y respetado, trabajaba, estudiaba y militaba con el mismo rigor, tratando siempre de superarse así mismo. Fue secuestrado (y luego torturado y asesinado) junto a otro compañero (Nenú) el 29 de septiembre de 1976. Los metieron en un baúl de un coche Torino atados y partieron prestos. Nenú consiguió por el trayecto desatarse y desatar a su amigo y luego también hacer saltar la cerradura del baúl de una sincronizada patada. Discutieron en fracciones de segundo que hacer: si irse o no. Ho Chi inocente prefirió quedarse porque dijo que no lo podían acusar de nada; Nenú saltó y se esfumó en la noche. Con los días se supo que Ho Chi no cantó nada, ni un solo nombre, ni una sola dirección. Lo que tenía de ingenuo y bien intencionado, se ve que también lo tenía de valiente. En septiembre de 2014 en un nuevo aniversario de su secuestro, en un obituario de “Página 12” es recordado de este modo: “Querido Gordo, ‘símbolo de Barrio y Argentinidad’, por siempre presente en tus compañeros de militancia” y firman: Norma, Susana, Tucho, Oscar, Nenú, Pastor y Tito.