Roberto
Baschetti

Corvalán, Eduardo Benito Francisco

“El Negro”. Nació el 3 de diciembre de 1941 en la localidad bonaerense de Moreno. Si bien durante dos años estudió en el Liceo Militar “General San Martín”, concluyó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional “Mariano Moreno”. De jovencito practicó rugby y representó al Atahualpa Rugby Club. El 3 de diciembre de 2009 recibió su homenaje: ese día, las Abuelas de Plaza de Mayo junto con la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires recordaron al militante que resistió a la última dictadura cívico-militar que asoló nuestra nación. En dicha Facultad, Eduardo trabajaba como empleado en la hemeroteca de Física, en el Pabellón 1 de Ciudad Universitaria. Sus dos rasgos salientes eran, según quienes lo conocieron: un gran sentido del humor y una militancia comprometida hasta las últimas consecuencias, en el Ejército Revolucionario del Pueblo-22 de Agosto (ERP-22), un desprendimiento del PRT-ERP que acompañaba la suerte del pueblo peronista en sus luchas de liberación sin perder por ello su raíz guevarista o marxista. Anteriormente había militado en Montoneros. Fue secuestrado-desaparecido a la edad de 34 años, el 22 de julio de 1976, en su ‘habitat’ de Avellaneda 411 – Dto. 3 (Barrio porteño de Caballito). Con él se llevaron a su compañera y esposa, Mónica Eleonora Delgado (Sigue desaparecida. Ver su registro) y un hijo de tres meses en gestación que ella llevaba en su panza. Luego fue ejecutado por las fuerzas represivas y dictatoriales el 31 de diciembre del mismo año de su desaparición, en Avellaneda, provincia de Buenos Aires y enterrado como N.N. en el cementerio de dicha localidad bonaerense. Los restos de Corvalán fueron recuperados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en 2009. El acto en la Facultad al que hacía referencia al principio de esta crónica terminó con todos los presentes cantando “Gracias a la Vida” (la bellísima canción de la chilena Violeta Parra) y a su término, coreando: “¡Eduardo Corvalán Presente! ¡Mónica Delgado Presente! ¡Ahora y siempre!”.