“La Petisa”. 25 años. Nacida en Rosario el 12 de agosto de 1951. Estudio en el Colegio Americano y en la Escuela Superior de Comercio. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Era estudiante en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario y trabajaba en el negocio de su padre. Secuestrada-desaparecida por la última dictadura militar, en esa ciudad (Matienzo y Ocampo), el 13 de octubre de 1976, llevada al Servicio de Informaciones de Rosario y fusilada cuatro días más tarde en Los Surgentes, provincia de Córdoba, junto a otros compañeros. Su cuerpo fue enterrado en una fosa común del cementerio cordobés de San Vicente. Junto a ella fue secuestrado Carlos Pérez Risso (“Cabezón”) que salvó su vida gracias a una gestión de su padre que era policía. Este compañero, ya grande con 57 años, durante su testimonio ante el Tribunal Federal que juzga los crímenes de la dictadura (febrero de 2011), se presentó como Montonero y comenzó así su relato: “Voy a hablar de aquellos que no están y no tiene más que a nosotros para que contemos la verdadera historia”; explicó que había sido abuelo días atrás: “Mis hijos dieron vida a una vida nueva y yo vengo a dar testimonio por aquellos que pelearon por una vida nueva” aseveró. Y comenzó a desgranar su vida militante… De Cristina Noemí Costanzo recordó que valientemente aguantó la tortura, para no “cantar” la casa donde vivía, hasta la hora estipulada por la organización. Otro triste recuerdo lo dio la madre de “La Petisa”, Ángela Morales, cuando con anterioridad, en el juicio a los ex comandantes, aseveró: “Me devolvieron una urna con un montón de huesos con un cráneo, que yo le digo era eso porque abrí la urna y había un cráneo, con un mechón de cabello que yo recorté y guardé, eso es; tuve una hija sana, inteligente, hermosa, la detuvieron y me devolvieron un montón de huesos”.