Roberto
Baschetti

Cubas, María Georgina Ester

“Cuqui”. De piba, en Bariloche, se subía a los árboles en que sus hermanos hacían casitas, así mismo jugaba a la pelota con estos y sus primos sin ahorrar patadas a los tobillos rivales; pero también tenía tiempo para jugar a las muñecas con sus amigas. En 1964 se muda con la familia al barrio capitalino de Floresta en Buenos Aires. Terminado su secundario comienza la facultad en 1973, eligiendo la carrera de Asistente Social que se dictaba en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Su hermano Raúl recuerda que: “Lo cierto del caso es que cada uno por su lado, comenzó su militancia en el peronismo revolucionario, sin que al principio los otros lo supieran (los otros hermanos). Recuerdo que, en noviembre de 1972, cuando el primer regreso de Perón a Ezeiza, los tres bajamos del departamento donde vivíamos atraídos por una concentración de la Juventud Peronista que se juntaba en Lacarra y Rivadavia, y luego de un rato de hablar con la gente que vivaba a Perón, decidimos apoyar la movida distribuyendo galletas, sándwiches que hizo Georgina y caramelos que compramos en el quiosco de la esquina”. Ya de lleno en la militancia peronista, en la zona bonaerense de La Matanza, Georgina comienza a trabajar en la Dirección Nacional de Educación de Adultos (DINEA) en un programa de alfabetización y en un centro de salud de la zona. Para ese tiempo lo conoce y se casa con Ricardo Adrián “Coco” Pérez (ver su registro). “La militancia de Georgina en el barrio Puerta de Hierro de Ciudad Evita –sigue rememorando su hermano- tuvo importantes repercusiones políticas por la ascendencia que tenía entre la gente de la zona. Eso hizo que a mediados del ’75, una noche, una patota del C de O (Comando de Organización) la secuestrara a la salida del local de DINEA, lo que provocó que ‘Coco’ y yo nos tuviéramos que movilizar inmediatamente para hacer gestiones para lograr su liberación”. Ella apareció semidesnuda y golpeada en una zanja al costado de la Ruta 3 a la altura de González Catán. Los del C de O le vociferaban que era “una zurda de mierda” y que tenía que retirarse del barrio y no aparecer nunca más por esos pagos. Pues bien, al día siguiente, se presentó en la Unidad Básica como si nada hubiera pasado, los vecinos la abrazaban y se juntaron a tomar la clase de alfabetización diaria. Allí siguió militando hasta que un embarazo de alto riesgo la obligó a guardar cama. El 7 de junio de 1976 tuvo mellizas: María José y María Sol. Esta última chiquita por una mala praxis médica falleció a los pocos días de nacer afectando mucho a sus padres. Cubas siguió en la militancia con todas sus fuerzas. Fue secuestrada-desaparecida por fuerzas del ejército el 21 de abril de 1977, junto a su marido Ricardo Adrián Pérez, en Santo Tomé, Santa Fe. Ambos militaban en Montoneros.