El “Indio” Cuevas nació en Reconquista, Santa Fe, el 15 de agosto de 1948. Hijo del plomero-cloaquista Tomás Cuevas y de Jovita Gamarra. Desde chiquito militó en el peronismo revolucionario. Contribuyó desde su militancia a la construcción y organización del barrio marginal “La Cortada” de su ciudad natal. Luego de su educación secundaria en una escuela industrial, egresó en 1968, con el diploma de tornero mecánico. En este período de su vida, fue presidente del Centro de Estudiantes y director del período escolar “Nosotros”. En el mediodía del 17 de Octubre de 1971 se lo verá marchando con otros compañeros y efectuando diversos actos relámpagos por la ciudad. Con un mensaje claro: “17 de Octubre, Día de la Lealtad. Lealtad a hombres, mujeres y niños que purgan su delito de ser Justicialistas, encerrados en cárceles y cuarteles del país, desde donde volverán, en marcha triunfal, hacia el triunfo total. ¡Viva la Patria! ¡Viva Perón!”. En abril de 1972 es el director responsable del periódico “Sapucay” un medio para denunciar las injusticias. Trabaja en una pollería y luego será obrero de un frigorífico; también empleado municipal. Forma pareja con María del Carmen Cattáneo y se casan el 10 de noviembre de 1972. De esa unión nacerá su hijo Mario Andrés. Militante peronista montonero (“Lito”), la represión se inclina sobre él y tantos otros a partir de marzo de 1976. Lo dejan cesante por no presentarse a su trabajo en el Municipio (cabe aclarar que si se presentaba lo “desaparecían”). Pasa a la clandestinidad. A mediados de ese año es detenido en los campos de La Rubita, una zona de ladrillerías en la periferia de Resistencia. Como recuerdo de su lucha por no caer preso, un proyectil de 9 mm queda alojado para siempre en su pierna. Lo alojan en la unidad 7 del Servicio Penitenciario Federal. Cuentan los memoriosos que cuando ingresó a la cárcel, se presentó ante los penitenciarios identificándose con la organización político-militar a la que pertenecía (Montoneros) y con el grado que tenía dentro de la misma; ni una palabra más. El 12 de diciembre de 1976 es “trasladado” de la prisión (lo que significa su muerte) y sus compañeros encarcelados, sabiendo el fin que le esperaba, lo despiden cantándole la Marcha Peronista. Fue fusilado junto a otros compañeros luego de salvajes torturas en un camino lateral próximo a Margarita Belén un día después. Tenía 28 años de edad. Los militares aseguran que participó del asalto al Regimiento 29 de Infantería de Monte, en Formosa, el 5 de octubre de 1975.