Cabe aclarar que en la revista “El Peronista”, editada por la Juventud Peronista de las Regionales en la provincia de Córdoba, aparece con el apellido “Domiano”. Es en dicha provincia, uno de los organizadores de la Agrupación Peronista de Trabajadores de Taxi a principios de los ’70, que se enfrenta a la mafia sindical del colaboracionista Labat, secretario general del gremio. “Pepe” Damiano había militado en Juventud Peronista (JP) y en una Unidad Básica de su barrio y desde la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), al momento de su muerte, estaba de lleno abocado a la recuperación del sindicato. Fue asesinado el 24 de septiembre de 1973 por dicha burocracia sindical. Su cuerpo con signos de tortura apareció bajo un puente del Río Primero. Con motivo de su asesinato puede leerse en la revista citada anteriormente: “Activo militante de Juventud Peronista, el compañero Domiano ya surgida desde el seno de la clase trabajadora peronista una real opción revolucionaria y antiburocrátrica encarnada en los militantes de JTP, se integra a este encuadramiento a través de la agrupación de taximetreros “7 de Mayo” (Fecha del nacimiento de Eva Perón, aclaro yo). Desde allí comenzó, unido a todos lo militantes de la agrupación, una tarea que cuestionaba seriamente la corrupción ecaramada en la cúpula del Sindicato de Taxis, personificada en las tristes figuras de Labat y Ortíz. Así mismo fue quien organizó la toma del gremio taxista que culminó con la denuncia pública de las inmundicias de todo tipo, protagonizadas precisamente por Labat y Ortíz (éste último propietario de la whiskería ‘My Garden’, desde donde se organizaba la trata de blancas y el tráfico de estupefacientes). Participó también en la elaboración de denuncias públicas contra los jerarcas y fue protagonista principal en aquella toma. Esto, sin duda, era más de lo que podía soportar la burocracia. Después lo empezaron a amenazar cotidianamente. Hasta que decidieron asesinarlo y su cuerpo apareció baleado en la madrugada del miércoles 5 bajo el puente Tablada: presentaba un balazo calibre 45 en la mejilla izquierda, otro debajo del pómulo del mismo lado, un tercero en la mejilla derecha y el cráneo hundido a culatazos. Sabemos que la muerte del compañero no tiene vuelta. Sabemos que no ha sido en vano. Sabemos también, que la liberación de la Patria reclamará otros testimonios de este tipo. Pero así mismo no ignoramos que mientras Labat está cobijado bajo el ala del ministro Otero en Buenos Aires, los trabajadores peronistas reclaman justicia”.