“Chenda”. Año 1957. Mes de enero. “El rigor de la represalia oligárquica llegó a nuestra casa. Una tarde Chenda no regresó: estaba presa. Fue detenida en alguna estación de subte cuando desplegaba su porfiada vocación de agitadora. Junto a una tía llamada Emilia Bulgubure de Jauretche ingresaba a los vagones repletos donde deliberaban a viva voz entre ellas atacando y defendiendo a Perón, a Evita y al peronismo, hasta que algunos intervenían. Entonces armaban un tumulto que terminaba en pelea, hasta que terciaba la vigilancia y se bajaban del tren entonando a gritos la Marcha Peronista. Ese día mi tía logró huir, pero mi vieja fue apresada. La acusaron de desorden en la vía pública, resistencia a la autoridad, violación al decreto 4161 y portación de armas. Fue a parar al Asilo del Buen Pastor, un indigno depósito de mujeres eufemísticamente llamadas infractoras, o sea, putas. Chenda convivió alegremente con ellas: todas era peronistas”. (“Memoria de la esperanza. Vida, pasión y muerte de un muchacho peronista”. Ernesto Jauretche. Colihue. 2023).