Cuentan que en 1967 se fue de mochilero al Norte de nuestro país con el objetivo de sumarse a la guerrilla del Che en Bolivia. Fue detenido clandestinamente el 18 de marzo de 1970, durante un procedimiento de la Brigada de San Martín en un galpón de Luján, tras lo cual fue duramente torturado con picana eléctrica. Para entonces militaba en las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL). Era muy diestro como mecánico y chapista siendo el que camufló como militares (pintados de verde oliva con insignias en sus puertas) los dos vehículos que se usaron para entrar a Campo de Mayo y llevarse armas de guerra. Luego de unos días, los policías debieron “legalizarlo”. Ariel Hendler en su libro “la guerrilla invisible” cuenta lo siguiente: “En el Departamento Central de Policía Carlos Della Nave circulaba casi libremente por las dependencias de Coordinación Federal, hasta que a la noche lo llevaban a dormir al calabozo. Completamente dopado, era una suerte de esclavo doméstico que se ocupaba de barrer, servir café y otras tareas parecidas. Hasta que su organismo se fue acostumbrando a las drogas, pero él tuvo la presencia de ánimo de simular que seguía idiotizado. Fue así que, aprovechando que lo creían inofensivo, logró nada menos que acceder a la lista de domicilios privados (y secretos) de los Jefes de ‘Coordina’. Primero memorizó algunos de ellos, y luego las anotó en un papel de cigarrillo, con letra chiquita, que se llevó oculto en una capsulita cuando finalmente lo enviaron a la cárcel de Villa Devoto, todavía como procesado sin condena. Allí le dio la lista al abogado Ventura Mayoral, durante una de las visitas, quien a su vez se la entregó a Bjellis (otro militante)”. Su prima Norma Salas cuenta que Della Nave se había criado en Lanús en el seno de una familia peronista “hasta la médula” en la que permanentemente se hablaba de política. Y que Carlitos ya desde los 15 años había trabajado y militado gremialmente en el Ferrocarril Roca. No es de extrañar entonces que se sumara a Montoneros siendo “Cacho” ó ”Juan sin Tierra”, porque siempre andaba solo de aquí para allá. Experto en comunicaciones, ayudó a Rodolfo Walsh en el aparato de inteligencia de la organización. Detenido el 20 de noviembre de 1973 en La Pampa en compañía de otros once militantes de Juventud Peronista y luego de una huelga de hambre de nueve días fue liberado. Nuevamente detenido en su domicilio de Lanús y luego liberado el 10 de mayo de 1974. Secuestrado-desaparecido por militares el 13 de septiembre de 1976, cuando había formado pareja con Beatriz Oesterheld (ver su registro). También cuando militaba en las ya mencionadas FAL en los ’70 su organización, secuestró al cónsul paraguayo en la Argentina (Waldemar Sánchez), con el único fin de exigirle al gobierno del general Onganía que reconociera que tenía detenidos políticos sin legalizarlos y bajo tortura como Della Nave. Dicho secuestro inspiró la novela del eximio escritor británico Graham Greene titulada “El cónsul honorario”.