Roberto
Baschetti

Derotier, Sara

Sara Derotier de Cobacho. Ella misma desgrana aspectos de su vida en un reportaje concedido a Jorge Luis –Pampa- Ubertalli en septiembre de 2009. “Me casé muy joven, tuve seis hijos y mi militancia fue en un principio, social cristiana vamos a decir, pero siempre dentro del Partido Peronista ya que no pasé por ninguno otro partido, a pesar de que me lo propusieron, siempre me quedé firme en el Peronismo. Estuvimos en la huelga ferroviaria del ’61 ya que mi marido era ferroviario de Laguna Paiva: duró 42 días. Es que después del ’55 la lucha fue con más fuerza porque yo no podía olvidar todo lo que recibimos con el peronismo. Yo conocí a Evita. Hacía muy poco que me había casado –estoy hablando del año ’49- tenía un embarazo incipiente y Evita me saludó y me tocó la panza. Y como obreros en aquella época recibíamos las reivindicaciones que siempre se nos habían negado: tener vacaciones con un hotel pago, el primer aguinaldo y el máximo orgullo y dignidad del trabajador, que era traer a fin de mes el sueldo a su casa en un sobre. Estas son las cosas que me marcaron en el Peronismo y voy a decir que yo soy una peronista visceral. También contribuí mucho, junto a mi madre, cuando se fundó el Partido Peronista Femenino; yo era muy joven y salíamos con Ana Macri, que era la delegada censista de la ciudad de Santa Fe. Pero como digo, después las cosas cambiaron mucho, muchísimo. Vino el derrocamiento de Perón y las reivindicaciones que la gente humilde y trabajadora, nosotros, los obreros teníamos, se nos cortaron de cuajo. Y empezó la represión y tuvimos que guardar los retratos que teníamos, los discos con la Marcha, todo lo que estuviera vinculado al Peronismo. Lo único que no nos pudieron sacar fueron las ideas, no pudieron robárnoslas. Hemos perdido y nos han saqueado muchísimas cosas, pero las ideas continuaron tan vigentes como en el momento en que vivían tanto Evita como Perón. Y peleamos de mil maneras diferentes por el ‘Luche y Vuelve’ y nunca en mi vida vi algo tan masivo como eran los actos peronistas de ese entonces, el fervor que había en la gente por la vuelta de Perón. La vuelta de Perón significó muchísimo, quizá no hayamos tenido en cuenta de que lo biológico tenía que ver, que para el Viejo también habían pasado los años, no sólo para nosotros. Lo del 20 de junio (1973) fue muy doloroso, yo no estuve en ese momento, pero sí estuve el 1º de mayo en la Plaza y fui una de las que me fui de ahí, me fui con amargura, como todos los que nos dimos vuelta y nos fuimos, dándole la espalda al General (…) Bueno, yo caigo presa, me secuestran el día 23 de marzo de 1976, a la noche, el día previo al golpe porque yo tenía una militancia bien conocida (en el Partido Peronista Auténtico). Estuve seis meses secuestrada, clandestina y luego me legalizaron en Devoto. Después de estar 16 ó 17 meses ahí, Monseñor Zaspe pide por mí a Videla y me largan. Cuando salgo en libertad comenzamos a darnos cuenta de que esto de la desaparición de personas no era una cuestión conocida (…) Y en los años 80,81, cuando ya teníamos asimilado lo que significaba un detenido-desaparecido, empezamos a conformar la Comisión Peronista de Derechos Humanos, para poder ayudar a los compañeros que seguían presos. Y así con la misma fuerza y la misma necesidad con que decíamos Justicia Social empezamos a hablar de lo que significaba el pleno goce de los Derechos Humanos que en ese momento estaban siendo violados de todas las formas posibles. Las cárceles nos marcaron a los militantes lo que teníamos que hacer, hacíamos denuncias al exterior dado que los seguidores de la dictadura acuñaron la frase ‘los argentinos somos derechos y humanos’, que significaba la mayor burla que podía producirse. En diciembre de 1978 desaparecen mi segundo hijo (Oscar Manuel Cobacho), mi nuera (María Elena Gómez) y mis dos nietos. Después a mis nietos se los devuelven a los abuelos paternos, dado que el padre de mi nuera era un militar. Y debo recordar que el 1º de agosto de 1977 ya había desaparecido mi primer hijo (Enrique Ramón Cobacho) junto con el compañero de mi hija (Eduardo Oscar Danielis) ambos militantes montoneros. Todo esto es lo que marca el compromiso y la fuerza necesaria como para seguir después de todo lo que uno ha pasado, para que no vuelva a pasar nunca más. Una vez instalada la democracia vuelvo a comprometerme. Milito en Intransigencia y Movilización Peronista una línea interna del Partido Peronista, trabajando justamente en Derechos Humanos. Llego a ser senadora por la provincia de Buenos Aires. Primero fui Convencional Constituyente por la misma provincia, donde logro insertar el Hábeas Corpus, el Hábeas Data, el Recurso de Amparo, entre otras cosas, que podría mejorar así todo lo que se había violado”. Sara Derotier, primero Fue Directora de Derechos Humanos del Municipio de Merlo y luego asume como titular de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, en el año 2007. El 10 de mayo del 2012 producto de una enfermedad dolorosa que la aquejaba y en medio de una interna, deja el cargo siendo reemplazada por Guido Carloto. El 19 de octubre de ese mismo año fallece a la edad de 81 años. Quiero terminar esta reseña diciendo que una vez, hubo un acto en un teatro de la ciudad de La Plata en homenaje a los fusilados por los “gorilas” en 1956 y allí la conocí. Se acercó a mi butaca, se presentó –aclarándome que sabía sobre mis trabajos de investigación- y me dijo que la Secretaría que ella tenía a su cargo se ponía a mi disposición para lo que yo creyera más conveniente. Lo recalcó y me insistió el ofrecimiento. Así fue como, con un subsidio de dicho organismo estatal bonaerense, a través de la editorial Campana de Palo, se editaron los dos tomos de “La Memoria de los de Abajo. Hombres y Mujeres del Peronismo Revolucionario” un sincero homenaje a todos los compañeros que ya no estaban entre nosotros. Eso fue en el año 2007. Lo acepté orgulloso, como un acto más de su parte, coherente con toda su trayectoria militante al servicio de la causa nacional y popular, a la que entrego su vida sin reparos. Descansá en paz Vieja querida. Ya sos parte de nuestra historia.