“El Tano”. “Tano Juan”. 26 años. Nacido un 28 de diciembre de 1951. Hizo su secundario en la Escuela Nacional de Comercio Nº 12 “Juan XXIII”. Tenía la doble nacionalidad argentina-italiana. Estudiaba Derecho en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y militaba en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y en Montoneros. Proletarizado, trabajaba como obrero metalúrgico. Los hechos que motivaron su secuestro y desaparición fueron de este modo: Di Bennardo resultó atropellado por un vehículo en la calle e internado en terapia intensiva en el Hospital Alvear (Warnes 2630. Barrio Agronomía y La Paternal), el día 23 de abril de 1978, programándose en dicho nosocomio una intervención quirúrgica para el día 15 de mayo del mismo año. Tres días antes de esa fecha, se presentaron sujetos armados vistiendo guardapolvos blancos, obligando a los pacientes internados en la Sala 14 de Traumatología a permanecer en sus camas, tapándose las cabezas con sus respectivas sábanas. Entonces los secuestradores colocaron a Juan en una camilla y se lo llevaron en una ambulancia. Nunca más se supo de él, salvo que alguien lo vio en el CCD “El Olimpo” antes de su asesinato. Manuel Barcia su compañero de militancia me da algunas precisiones más: “El queridísimo ‘Tano Juan’. Estuvimos sumidos en el misterio de como ocurrió lo que le ocurrió, porque de pronto no se lo vio más y sabíamos perfectamente que alguien como él no se podía haber ido a su casa nunca (o sea borrarse). Era para mí como un hermano mayor –me llevaba alrededor de 3 años- era más que un amigo o un compañero entre tantos. Después de militar en JUP pasó a Territorio, Zona Sur Capital. Un grupo pequeño, en el cual muy pocos sobrevivieron. Pero te digo que el ‘Tano Juan’, nunca, pero nunca, fue derrotado. A mi pareja y a mí, el primero de agosto del ’77, nos mandó una tarjeta llena de aprecio y sentimientos que concluye de este modo: ‘Para que los errores cometidos nunca signifiquen un alejamiento personal y mucho menos de pensamiento y que en la superación de los mismos mostremos el fondo de nuestra moral para que así permanezcamos más unidos que nunca’”.