Siempre jodía con eso de que él empezó la carrera judicial para llegar a magistrado, a Fiscal Federal para ser más exacto, desde abajo, y sí era cierto, comenzó nada menos que siendo… preso. Efectivamente el sábado 4 de abril de 1970 hubo una explosión en una casa vetusta edificada sobre la calle White al cien, en el barrio porteño de Villa Luro. En un principio se dijo que la misma había ocurrido al explotar una garrafa de gas, pero la Policía Federal pudo constatar que lo que había explotado era pólvora aluminizada –usada para confeccionar artefactos explosivos- y que con motivo del hecho habían sido internados en los hospitales Salaberry y Vélez Sarsfield, dos jóvenes: Norberto Atrip y Enrique Celesia. Fueron por ellos y los detuvieron. No pasó mucho tiempo para que cayeran otros dos muchachos, Carlos Caramelo y Jorge Felipe Di Lello, sindicado este último por los investigadores policiales como el jefe de la “célula subversiva” descubierta. Los cuatro jóvenes eran peronistas y actuaban así, para resistir a la dictadura cívico-militar del general Juan Carlos Onganía. La investigación la llevó adelante el siniestro comisario inspector (por entonces) Alberto Villar –luego ajusticiado por Montoneros el 1°de noviembre de 1974- y la defensa de los imputados la llevaron adelante los abogados y militantes políticos Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde. La foto Di Lello que ilustra esta reseña fue sacada el 14 de abril de 1970 cuando lo llevaron detenido a declarar ante un juez. La sacó barata solamente la dieron 2 años de prisión. Luego comenzó su carrera judicial. Falleció a la edad de setenta y dos años un 27 de febrero de 2021. Estaba internado desde antes, en el Instituto Fleni, luego de haber sufrido un ACV del que nunca pudo reponerse.