Le decían “Monjita”. Nació en Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires, el 22 de noviembre de 1954. Concluido su secundario se mudó a La Plata, para estudiar solamente un año de Psicología y luego pasarse a Medicina. Integrante de la Lista Celeste y Blanca formó parte de la Juventud Universitaria Peronista (JUP). Después profundizó su compromiso con la causa popular y se sumó a Montoneros. Visitaba a enfermos en hospitales y brindaba soluciones materiales a los habitantes de las villas de emergencia pegadas a la ciudad platense. Con la represión y el terror imperante todo se complicó. Debió dejar la pensión donde vivía porque a otras personas allí alojadas les molestaba su militancia política; y en su nuevo albergue no duró mucho, ya que los propietarios del mismo al saber de su montonerismo, directamente le tiraron el equipaje a la vereda para que se fuera. Jorge Falcone y Claudia Carlotto la alojaron en su casa conjuntamente con su marido José Ricardo San Martín, un cuadro militar de la misma organización revolucionaria peronista. El 10 de enero de 1977, Leticia dio a luz una bebita a la que llamó Laura. El 16 de febrero del mismo año fue secuestrada-desaparecida el mismo día que su marido, por una comisión policial-militar, aunque otra versión dice que no se entregó con vida y murió enfrentando a la patota represiva. Su hija, Laurita, en el año 2001, con 25 años ya es asistente social y recuerda de este modo a sus padres: “Mi mamá era una persona maravillosa. Tenía carácter fuerte, sabía lo que quería, ponía mucha voluntad. Así es como me la fueron describiendo… (…) Mis papás por ahí no consiguieron lo que se habían propuesto. Pero pusieron lucha, fuerza y voluntad en dedicarse a algo que los trascendía a ellos como personas. Tan contrario del individualismo de hoy en día, donde todo pasa por la plata. Creo que traigo todo eso adentro mío. Ese convencimiento de ser coherente hasta último momento con lo que se piensa y con lo que se hace”.