“Manueli”. “Roberto Horacio Fanjul”. El apellido de su madre era Romero. Hijo de un obrero azucarero, nació en el Ingenio La Providencia, Monteros, Tucumán, un 31 de agosto de 1948. Tuvo 10 hermanos. De chiquito, sus amiguitos le habían puesto de sobrenombre “Chichimama”, porque tomó la teta hasta los tres años. “Andaba jugando y venía corriendo: ‘Teta, mamá’”. Era muy unido a su madre y fue quizás por eso que cuando a él lo asesinan, su mami muere al día siguiente de un ataque al corazón. Él era peronista y montonero y fue asesinado por fuerzas represivas en un campo de San Lorenzo, Salta, junto a su compañero de organización Esteban René Locascio (ver registro de éste y mayores datos de lo sucedido). Ocurrió el 20 de abril de 1975. A Ramón Antonio Díaz, su creencia religiosa (hombre de la Acción Católica) y política (peronista) lo había llevado a trabajar con los obreros del Ingenio Ledesma en pos de la liberación nacional y social de nuestra patria. A su hermana Ramona le entregaron los restos en la delegación de la Policía Federal de aquella provincia; al cadáver le faltaba una cadena con medalla de oro que ella le había regalado y que estaba en las fotos policiales cuando fue el asesinado, pero no en su cuerpo. Cuando tramitaba la entrega del cuerpo en la jefatura de Policía de la provincia, la hicieron pasar a una oficina y el jefe ordenó que la requisaran; varios hombres abusaron de ella. Tuvo que ir a un psicólogo y a un neurólogo porque a los 38 años “se me secaron los lagrimales, se me secó la boca, la saliva, la vagina y nunca más pude menstruar ni sentir un deseo sexual”. Las penurias de Ramona no cesaron ahí: el cobarde represor general Domingo Bussi la despidió de su empleo en un área del gobierno y tuvo que sobrevivir durante 5 años vendiendo empanadas hasta que un fallo judicial la repuso en su trabajo. La historia sigue: a partir del 20 de septiembre de 2023 cuando sea juzgado el comisario represor Joaquín Guil: “Se realizará en Salta el primer juicio por delitos de lesa humanidad de este año. Es por un solo hecho, en perjuicio de una sola persona, y habrá un único acusado, el comisario represor Joaquín Guil. Pero hay una veintena de policías que participaron del abuso sexual que no han sido identificados. Guil, de 85 años, será juzgado acusado por abuso deshonesto agravado, en calidad de autor mediato. La acusación es porque para cuando se cometió este delito, el 24 de abril de 1975, era el director de Seguridad de la Policía de Salta y como tal era el jefe de los autores materiales del abuso. En esta causa también estaba acusado el entonces jefe de la Policía, el militar Virtom Modesto Mendíaz, pero fue apartado del proceso por incapacidad sobreviniente”. (“Salta 12”. Elena Corvalán. 19-12-2023).