Su amigo y compañero de militancia, Alberto “Beto” Espiño, nos recuerda quien fue en vida Abel Diez. “Éste último 7 de agosto –de 2011- falleció alguien insustituible en la construcción de una sociedad cada día más justa. Abel era uno de los grandes y mejores militantes que tenia la Comuna 9 y la ciudad de Buenos Aires. Dueño de una voluntad de hierro, una mística difícil de igualar, con convicciones nunca negociables. Abel era un guía, un faro ideológico, un susurro constante en nuestros oídos que nos interpelaba, nos cuestionaba, que no nos permitía la más mínima flaqueza, en ese camino duro y muchas veces empinado del cambio político y social. Con solo 13 años de edad, las calles del barrio de Mataderos ya lo tenían a ‘Abelito’ apoyando a Sebastián Borro y a todos los trabajadores del frigorífico Lisandro de la Torre, que resistían heroicamente el avance privatizador del gobierno de Arturo Frondizi. A partir de allí, la militancia política para Abel empezó a formar parte insustituible de su vida. Comenzaba a reunirse y a discutir sobre teoría política, historia contemporánea y sobre la realidad política y social, con grandes referentes de nuestros barrios como Juan Cymes. Lugares tradicionales como el bar Aragón y el Cedrón, han sido testigos de las primeras intervenciones del entrañable Abel ya en época de la Resistencia Peronista y a través del Peronismo de Base, como espacio político orgánico. Trabajador del gremio telefónico allí forjó una entrañable relación con José Badú, otro querido militante político y social vecino de Liniers, perseguido y exiliado durante la última dictadura militar”. Abel también tuvo un paso por Montoneros entre 1970 y 1972 aproximadamente. El gobierno entreguista de Isabel y López Rega lo echó de la actividad telefónica. La década del ’80 con la vuelta de la democracia lo sumó de vuelta al conjunto y en los ’90 sumó su esfuerzo resistiendo al neoliberalismo, siempre desde la militancia peronista. También en los ‘2000, fue uno de los impulsores de la Agrupación “Envar El Kadri” que primero lideró Dante Rubio y que luego a partir del 2005 se reestructuró y contó con el fuerte impulso y liderazgo del “Nono” Frondizi. Como sigue diciendo Espiño: “A partir del 25 de mayo del 2003, se volvió a enamorar de ese flaco desgarbado que asumía la presidencia de la nación y volvía a poner a la política en su verdadero lugar, al servicio de los intereses del pueblo y de los más necesitados”. Junto a su compañera Carmen disfrutó de su nietito Joaquín, hijo a su vez de su querido hijo Emiliano y también se dio tiempo para ir a ver seguido al Vélez Sársfield de sus amores. En su última actividad militante en las elecciones de ATE Capital, una caída le provocó la fractura de pelvis que agravó un estado de salud ya delicado. Sus compañeros de vida y militancia lo homenajearon –luego de fallecido- al disponer que su nombre y apellido estuvieron ligados al último Plenario como título excluyente, que pasó así a llamarse: “Plenario del Peronismo de Base Compañero Abel Diez”.