Todos la conocían así, pero en realidad se llamaba Carmen Josefina Luisa Suárez Wilson de Diez. Nació un 16 de mayo de 1914 en Pergamino, provincia de Buenos Aires. Pero vivió en Junin. Estudios en la Escuela Normal “Elisa Cazeneuve de Schultz” En 1932 se fue a vivir a La Plata para comenzar a estudiar Letras en la Facultad estatal bonaerense. En 1934 publicó su primer libro de poesías titulado “Las Voces del Silencio”. Cuando regresa a Junin comienza a trabajar en el diario local titulado “Democracia” y está a cargo de las noticias sociales de la comunidad. Siguiendo con sus trabajos, en 1941, en Los Toldos, provincia de Buenos Aires creó el Instituto “Esteban Echeverría”, bajo preceptos socialistas lo que permitió el estudio a jovenes cuyas familias tenían pocos ingresos e inclusive incluyó a los integrantes de comunidades indígenas que eran expulsados de la educación tradicional por no compartir las ideas religiosas “occidentales y cristianas”. Los estudiantes pagaban una cuota de acuerdo a lo que podían ya sea en dinero, en verduras cosechadas en la zona o con comida. En 1955 la familia Diez pasó sobresaltos y angustias por el golpe militar contra Perón, que trajo odio y revanchismo. Reyna decide volver a la Plata con sus 5 hijos. Uno de ellos, Rolando es detenido por razones políticas el 19 de noviembre de 1971 (dictadura cívico-militar de Alejandro Agustín Lanusse). Reyna no se queda quieta y lleva adelante distintas acciones, entre ellas una huelga de hambre a fines del ’72 en la Iglesia Luterana de La Plata. Su empuje, decisión y valentía la convierte en referente de la Comisión de Familiares de Presos Políticos, Estudiantiles y Gremiales (COFAPPEG) y de la Comisión de Familiares de Detenidos (COFADE). Gremialista y Docente. Si bien no fue peronista, si fue Decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) en 1973 en la gestión de Rodolfo Puiggrós, peronista y montonero. Con la dictadura militar sufrió la desaparición de una hija (Diana.18 años) y su yerno (Alberto.21 años), como así también la injusta prisión de otra de sus hijas. En tal sentido fue una referente –una vez más- de la agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos y Presos por Razones Políticas (fundada en 1979) y tomó parte también de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (FEDEFAM). Falleció el 21 de mayo de 2001 a la edad de 87 años. Andrea Scatena y Santiago González hicieron un documental fílmico en su memoria. Además, el 27 de agosto de 1992, el Concejo Deliberante de General Viamonte la declaró como Ciudadana de Honor por ser fundadora del Instituto “Esteban Echeverría” antes mencionado en esta misma reseña. En 1999, Reyna fue nombrada Mujer Referente de la Provincia de Buenos Aires por la Cámara de Diputados. El 25 de marzo de ese mismo año fue nominada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de La Plata por el Concejo Deliberante. Y el 6 de agosto de 2019, fue el Concejo Deliberante de Junin quien la reconoció como Ciudadana Ilustre Post Mortem. Además, hay un libro que registra su vida, su militancia y su obra; se llama “Memorias de una vida rebelde. Retrato de Reyna Diez” escrito por la docente e investigadora Florencia Baez Damiano. Mirta Clara –ex montonera ya fallecida- la recuerda a ella, indirectamente, de este modo: “Quiero rescatar algo que me parece importante que es lo sucedido en La Plata. Si hay algo que la caracterizó en sus militantes y amigos, de nosotros o de otros es su coherencia. Hay siete jóvenes desaparecidos por manzana, nos transmitió Reyna Diez, una madre con mayúscula, en las visitas que nos hacía todas las semanas a la cárcel de Devoto. Ello da idea de lo que fue el desarrollo de distintos niveles de militancia y/o participación en la Ciudad de los Tilos”.