“Mimí”. De familia peronista nació el 30 de abril de 1957 en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. Era una piba alegre, divertida e hiperactiva y además muy buena estudiante, lo que no le impedía ponerse a cantar y bailar si se daba la ocasión. Militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en Bahía Blanca, en la Escuela Normal Superior “Vicente Fatone”. Con su compañera y amiga Diana Pizá y otros secundarios se iban a los barrios para hacer alfabetización (Campaña de Reactivación de la Educación de Adultos) o ayuda escolar; kermeses y juegos infantiles. Tenían un grupo de títeres y habían preparado una obrita para pasar a la gente del lugar: el protagonista principal y héroe de la misma se llamaba “El Conejo Montonero”. Luego consiguió trabajo en la lanera “San Blas” como operaria, por lo que comenzó a militar en la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), hasta el 9 de febrero de 1976 cuando acorralada por las fuerzas asesinas de la derecha y los militares, renuncia a su trabajo y se va de Bahía Blanca. Compañera de Roald Montes (ver su registro), esperaba un bebé de éste (entre 3 y 4 meses de gestación), cuando fue asesinada por las fuerzas represivas, el 22 de noviembre de 1976. Estaba en una casa de San Carlos, La Plata –calle 139 entre 47 y 49- con otros compañeros del peronismo montonero, que sufrieron idéntico fin; entre ellos, Roald. Mirta contaba tan sólo con 19 años de edad. Escribió una vez en un cuaderno, cuando tenía 15: “Y he ahí mi lucha para tratar de permanecer auténtica, mostrándome tal como soy, con defectos y virtudes, sin avergonzarme de nada, porque nada está oculto, todo se percibe claramente”. El 22 de noviembre de 2023, un obituario en “Página 12” la recordó en su exacta dimensión de militante montonera.