“Cabezón”. “Miguelito”. Nacido en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, el 11 de marzo de 1949. Hizo la secundaria en el Colegio Nacional “Justo José de Urquiza” en dicha ciudad entrerriana. Estudiante de Ciencias Ecónómicas y Arquitectura en Rosario; de esta última carrera también en Córdoba, adonde fue ayudante de cátedra. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP). Aparece detenido en una cárcel de Azul, provincia de Buenos Aires. Su papá era suboficial mayor de Prefectura. Sus padres van a visitarlo seguido. En una de las visitas Miguel Alejandro dice que lo van a liberar próximamente. Gran algarabía en la familia. El día 3 de febrero de 1978 era cuando iba a salir en libertad. Su padre lo espera afuera desde las 6 de la mañana adentro de un auto. Llega la hora de la liberación, que era a las 9, y nada. Dos horas más de espera y sigue sin noticias de su hijo. El padre entra al penal, se presenta como militar retirado y le dicen que su hijo ya salió en libertad. Contesta que no puede ser, que él está afuera desde las seis. Le muestran el registro donde estaba la firma y decía que había salido a las dos de la mañana… Desde entonces no supieron nada más de Miguel Alejandro. El padre contrató en Buenos Aires una empresa de investigación privada, habló con distintas autoridades policiales, pero tampoco tuvo resultados. Miguel Alejandro murió con 29 años. Era un idealista en sus sentimientos y peronista por convicción; creía en la justicia social, en el bienestar de los trabajadores. Pagó con su vida esa osadía en un país oligárquico manejado por Martínez de Hoz.