Era una monja misionera francesa que quiso correr la misma suerte que los humildes y postergados de nuestro país, ayudándolos en su organización social. Fue catequista para chicas de 13 a 16 años en el Colegio de las Hermanas del Sagrado Corazón, en Morón, provincia de Buenos Aires. Además, en la capilla de su barrio, San Pablo, colaboraba con bautismos y casamientos. Recorrió el norte del país, Santa Fe y Santiago del Estero llevando la esperanza del Evangelio a zonas atrasadas; inclusive, pasó una temporada con los aborígenes, en Malleo, al pie de los Andes. Interesada por la suerte de los “desaparecidos” y resistiendo a la dictadura militar, fue ella misma secuestrada-desaparecida el 8 de diciembre de 1977 en la iglesia de Santa Cruz, por un grupo de tareas militar y alojada en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) hasta su asesinato. Fue brutalmente torturada, desnuda sobre los flejes de una cama. Los muy cobardes de sus secuestradores quisieron hacer creer que había sido raptada por los Montoneros y hasta montaron un engaño con fotos y proclama apócrifa. (Ver diarios “Clarín”, “La Nación” y “La Opinión” respectivamente, del domingo 18 de diciembre de 1977, desinformando en cadena: “Informó el Ejército que la subversión secuestró a las religiosas francesas” / “Los montoneros secuestraron a las religiosas francesas” / “La delincuencia terrorista se atribuyó el secuestro de las dos religiosas francesas”). Pero la verdad siempre emerge. Con el título “Alice et Leonie (deux religieuses disparues en Argentine)” de la escritora Elene Cabrejas, su vida y la de Alice Domon se conocieron a través de un libro, en Francia, en el año 2001. Recientemente –año 2005- el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) practicó la inhumación de un cadáver no identificado, enterrado en el cementerio de General Lavalle, provincia de Buenos Aires, luego de aparecer en las costas ubicadas entre Santa Teresita y Mar del Tuyú, resultando ser el de Duquet. El cuerpo presentaba múltiples traumatismos, originados por el choque contra una superficie dura y las fracturas típicas que presentan los huesos largos, compatibles con las producidas por haberse arrojado el cuerpo al mar (en los “vuelos de la muerte” previa inyección del sedante Pentotal). Por otra parte, en la ciudad de Villa Mercedes, San Luis por ordenanza Nº 1362-o del 20 de agosto de 2002 hay una calle con su nombre.