Roberto
Baschetti

Ehrenfeld, Claudio

“El Ruso”. “Tito”. Nacido en Alcaraz Primero, departamento La Paz, provincia de Entre Ríos, el 21 de junio de 1948; descendiente de aquellos gauchos judíos que vinieron a instalarse en la zona. Cursó el secundario en el Liceo Militar “General Paz” de Córdoba, egresando en 1964 con el título de bachiller. Separado, un hijo. A partir de 1966 se sumó a las luchas contra la dictadura de Onganía. Estudiante de Ciencias Económicas, militó en la Agrupación de Estudios Sociales (AES) de la Universidad Católica de Córdoba. Fue referente y presidente en el centro de estudiantes de ahí (FAEUCC). Militante luego en el peronismo revolucionario (Montoneros), fue secuestrado-desaparecido a la edad de 28 años, el 29 de octubre de 1976 en La Plata, provincia de Buenos Aires. Su figura puede detectarse en un informe de la T.V. local cordobesa, titulado “Asamblea de Estudiantes. Universidad Católica de Córdoba”, de fecha 23 de mayo de 1969. Francisco Felipe Yofre (Conducción Nacional de Juventud Trabajadora Peronista) en su libro de memorias “Vivir en los ’70. Un tiempo para recordar” editado en Córdoba en 2016, asegura que, por diferencias con la conducción, Claudio se encuadró “a posteriori” y antes de su muerte, en “Montoneros Columna José Sabino Navarro”. Y ahora como por arte de magia –el 21/2/2023- me ha llegado un relato sin yo pedirlo, que puedo calificar entre real y mítico a la vez. Hugo Horacio Balbuena escribe: “En la casa paterna de mis padres, en la calle 117 (N° 657) entre 525 y 526, en un pasillo del fondo alquilaba un departamento una pareja. Matrimonio del cual yo recuerdo al muchacho ‘Tito’ y a su esposa Myriam. El día 28 de octubre de 1976, ‘Tito’ me llamó y me dijo si no le compraba una Cubana Sello Rojo en el almacén de la esquina, pero como no había Sello Rojo le traje Sello Verde. Yo con mis 14 años le hice el mandado. Lo noté y lo vi raro a ‘Tito’ cuando se la llevé al departamento. Me invitó a pasar y me pidió que lo acompañara a beber y a charlar con él, eran ya entre las 11 y 12 de la noche. Con él medio tomado, hablamos de muchos temas, le pregunte por Myriam (Lepori) y su bebe y me dijo que estaban en Córdoba visitando a su familia. En un momento de la charla ‘Tito’ me dijo que teníamos que juntarnos todos los países hermanos de Latinoamérica, me repetía que yo era muy joven y que no iba a entender de lo que él hablaba, y media razón tenía porque yo con mis 14 años ignoraba muchas cosas que sucedían en el país. Bueno, siguiendo con el relato, a eso de la 1 de la mañana le dije a ‘Tito’ que me tenía que ir a acostar porque tenía que madrugar para ir a trabajar al mercado de frutas y verduras de La Plata. Pero lo que sucedió luego es que alrededor de las 4 A.M. un grupo de tareas militar vestido de civil con pelos largos y barbudos patearon la puerta de mi casa con armas largas de guerra y nos dijeron que no podíamos salir de la casa porque nos iban a matar a todos y nos privaron así de nuestra libertad, sin poder llamar a nadie. Y a eso de las 5 A.M. escuchamos el gran tiroteo en donde fue asesinado ‘Tito’. Luego pasó una semana o más y llegó de Córdoba su esposa Myriam con su bebe a Tolosa. Mi madre aterrada le dijo que no podía pasar que se tenía que ir. Ella pedía por Tito, a donde estaba su marido. Mi mamá toda compungida y asustada le dijo que hable con ‘Balbuena’ o sea con mi padre, que estaba trabajando de albañil a la vuelta. Ahí fue Myriam y mi padre le explicó que habían matado a ‘Tito’ y que la vida de ella y de su bebe corrían peligro de muerte, porque la estaban buscando los militares. Ahí donde trabajaba de albañil mi papá, era la casa de un buen vecino que trabajaba en la policía bonaerense y le dijo a mi padre: ‘Don Balbuena deshágase de esa mujer. Le doy 15 minutos para que se vaya porque esto yo lo debo informar a mis superiores y si no lo hago es por usted Don Balbuena’. Allí mi padre la acompañó a Myriam y a su bebe a tomar el micro en la calle 116 y nunca más nada supimos de ellos”.