Natural de Montecarlo, Misiones. Nacido el 24 de diciembre de 1951. Desde chiquito conoció la vida sacrificada y llena de privaciones de los obreros yerbateros. Esa concientización lo llevó ya desde el secundario a desempeñar tareas sociales en villas y barrios del Municipio. Como sus padres paraguayos, se hizo peronista desde la cuna. Para ese entonces vivía en Villa Guatambú –un secadero de yerba- rodeado de una pequeña plantación de mandioca con chanchos y gallinas suficientes para sacrificar las que hicieran falta y con ello financiar sus estudios. En la biblioteca del colegio tuvo acceso a un mundo teórico nuevo, a través de los escritos de Paulo Freire, Mao Tse Tung, Jauretche, Hernández Arregui y Scalabrini Ortíz. También con la revista “Cristianismo y Revolución”. Así fue como el “Petiso” Escobar, ya no sólo se sentía peronista sino también peronista revolucionario. En la comarca que lo vio nacer ayudó a organizar el Partido Peronista Auténtico creado para enfrentar la traición adentro del Movimiento Peronista. En La Plata, a donde fue a estudiar Cooperativismo para luego aplicarlo en sus pagos, brindó un apoyo incondicional a la Juventud Universitaria Peronista (JUP) primero y luego a Montoneros. Se reveló como un muy buen estudiante, estudiante llegando a cursar 4° año en la Facultad de Economía platense. Y hasta tuvo tiempo para ser uno de los animadores del Centro Misionero en La Plata, habitat donde se juntaban todos los estudiantes de esa provincia; allí era conocido como “Mencho” apodo que se ganó por Balbuena, que tenía el mismo sobrenombre y jugaba en Independiente por entonces. Félix jugaba muy bien al fútbol como puntero izquierdo como aquel y además era hincha del Rojo de Avellaneda. Para ayudarse a costear sus estudios universitarios vendía café en la cancha de Gimnasia y Esgrima. Cuando de La Plata volvía a sus pagos en vacaciones, como sus padres no tenían posición financiera para pagarle un pasaje, viajaba en camiones de carga hasta llegar a destino. Su compromiso por el cambio social fue constante. Su madre recuerda una charla que tuvo con su hijo cuando éste le dijo “que no era justo que un argentino duerma en una cama de dos plazas y cinco argentinos duerman en el suelo, y para cambiar esto, él iba a luchar”. También las encomiendas con yerba que le enviaban de su pueblo las repartía por partes iguales con sus compañeros de pensión: re-li-gio-sa-men-te. Con 27 años de edad, fue secuestrado-desaparecido en su domicilio de La Plata, provincia de Buenos Aires, el 22 de diciembre de 1976, a las 13 horas, cuando el ejército rodeo la manzana de calle 32 N° 390 entre 2 y 3, en la misma acción se llevaron para siempre a Delmiro Segundo Villagra y a Roberto Adolfo Val (ver sus respectivos registros). Escobar, que fue visto en el CCD “La Cacha” antes de su asesinato, fue uno de los 51 estudiantes asesinados por la Triple A o por la dictadura militar, que estudiaban en la Facultad de Ciencias Económicas de La Plata. Como bien dice Javier Gortari –Decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones- en el prólogo del libro “Historia del Compañero Félix Escobar. Charlas con su madre Adolfina y compañeros”: “Escobar fue uno de esos miles de muchachos y muchachas honestos, alegres, entusiasmados, con el momento que les tocó vivir, que se hicieron cargo del protagonismo que les exigía la hora, para contribuir a realizar todas las cosas que había que hacer, que se podían hacer, en aras de esa promesa intuida y deslumbrante que era la Patria Justa, Libre y Soberana”. Actualmente –vale acotar- una plazoleta de Montecarlo lleva su nombre, en homenaje a su vida y a su obra. Sus restos fueron recuperados el 16 de diciembre de 2011ya que estaban como N.N. en el cementerio de La Plata.