Nació el 8 de febrero de 1937 en Villa Domínico, partido de Avellaneda, provincia de Buenos Aires. Falleció a la edad de 81 años el sábado 2 de junio de 2018. Sus restos mortales fueron velados en la Iglesia Nuestra Señora de Luján, (Primera Junta 226, esquina Lavalle, Quilmes) y enterrados en el cementerio de Ezpeleta. Ya en 2012 había sufrido dos ACV que fueron deteriorando poco a poco su salud y le ocasionaron problemas en el habla y dificultad para movilizarse. Pocos saben qué de jovencito, su amor por el fútbol lo llevó a jugar en la reserva de Banfield y que su amor por el tango lo hizo imitador de la voz de Francisco Fiorentino, el cantor fetiche de la orquesta de Aníbal Troilo. Su padre era repartidor de verdura y su madre sirvienta; ambos analfabetos. Él, como San José quería ser carpintero, pero terminó en el seminario de La Plata empujado por la timidez: era tartamudo. Se dijo para sí, qué si bien el sacerdocio era una carrera más difícil, tenía la ventaja que se estudiaba en silencio. Con el tiempo la tartamudez quedó en el olvido. Se ordenó sacerdote el 30 de agosto de 1964. Como cura obrero trabajó de albañil siete años. En un reportaje a su persona hecho por Mona Moncalvillo y aparecido en la revista “Humor” con fecha julio de 1986, puede leerse que dentro de la Iglesia de Cristo está: “Farinello, un diocesano que depende directamente de Monseñor Jorge Novak, en Quilmes; un curita que siente el dolor de los pobres en su llaga. Quizá porque él también vive con llagas propias. Al frente de la parroquia que abarca Villa Luján Sur, de 40 mil almas, tiene cuatro capillas, da de comer y asiste a niños en una guardería que él mismo fundó, con ropería y todo. También una cooperativa de vivienda y es miembro de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos”. De esa época teñida por un radicalismo progresista que en elecciones había vencido a un Partido Justicialista –anquilosado- tres años antes y que luego iba a dar lugar a un menemismo rapaz en el gobierno, Farinello en la misma entrevista, afirmó: “A veces me avergüenza decir que soy peronista, pero es una linda doctrina y los humildes siguen siendo peronistas… Cantan la Marcha en la Iglesia, yo, ya no me asusto…”. Es que fue en el mismo Quilmes que Farinello siempre estuvo al lado de los necesitados y como parte del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM); en época del dictador Lanusse fue preso con el Padre Carlos Mugica en Rosario, después en su territorio quilmeño (1972-1975) trabajó codo a codo con la Juventud Peronista, soportando palizas, bombas, ametrallamiento de la iglesia incluido. Luego el silencio sepulcral que trajo la dictadura cívico-militar a partir del 24 de marzo de 1976. Vuelta la democracia, planteó en el seno de la iglesia la necesidad de un celibato optativo, pero no fue escuchado: “Cuando un cura se enamora se produce un vacío muy grande. Yo me enamoré a los 30 años y sé que no es fácil cumplir con esa fidelidad que impone la Iglesia”. En el año 1991 para el mes de julio un frente vecinal de organizaciones sociales intentó postularlo para intendente. La iglesia católica no lo consideró oportuno y el intento se quebró de cuajo. Luego en el año 1995, el 8 de octubre, ese mismo hombre como sacerdote impulsa la toma de tierras de “La Sarita” por parte de los villeros y sus allegados lo nombran con admiración y cariño como “el cura gaucho”. En el año 2000 dio una misa en homenaje a Alejandro Olmos –fallecido ese mismo año- quien fuera en vida el patriota que denunció la deuda externa argentina por abusiva y fraudulenta. Un año más tarde (2001), Farinello compitió en elecciones legislativas como candidato a senador nacional por la provincia de Buenos Aires, por el partido fundado por él, denominado Polo Social, donde convergían gremios de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), dirigentes barriales y gente allegada a lo que quedó del Peronismo de Base. No le alcanzó, pero si asumieron como diputados por su partido: Juan Carlos Añon (ex JP), el “Barba” Gutiérrez (ex JTP), Alicia Castro (luego embajadora) y Luis D’Elía (referente social).Farinello se alejó de la política hasta que lo sorprendió la muerte, pero antes se dio tiempo en el año 2007, para defender públicamente a Irán de los ataques imperiales de los Estados Unidos de Norteamérica en nuestra patria; eso le valió el odio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) que rápidamente, como es costumbre, le colgó el sambenito de nazi y antisemita. Será difícil olvidarlo al curita Farinello. Siempre dijo a quien quiso escuchar: “Jesús marcó el camino cuando repartió los panes, el vino y los peces en las Bodas de Canaan. No es de cristianos que unos pocos acumulen riquezas mientras muchos hermanos viven en la miseria”. Hoy en 2018, gobierno de Macri, la frase tiene más vigencia que nunca.