“Chaelo”, “Chaelo de la Cañada”. Era un tipo alto, corpulento, morocho, de bigote y ojos oscuros, presuntamente tucumano. Militó en Juventud Peronista y Montoneros, en la zona Sur del Gran Buenos Aires. Según el informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), no hay duda alguna: fue secuestrado-desaparecido a la edad de 20 años, el 6 de agosto de 1977 en Bernal Oeste, partido de Quilmes, provincia de Buenos Aires. Pero según investigaciones posteriores (Autos Nº 85.4742-A. Secretaría de DD.HH.), a la aparición del informe antes citado, presumiblemente, Juan Ramón Fernández de 27 años, que vivía en Quilmes y trabajaba como tallador de copas de vidrio, fue secuestrado en Mendoza en la madrugada del día 28 de julio de 1977, conjuntamente con María del Carmen Marín (ver su registro) y alojado en el CCD Campo Las Lajas y luego en El Vesubio y en la ESMA, hasta su asesinato. Es más, el propio Fernández, le comenta a un compañero de penurias de El Vesubio (Ricardo Cabello, que sobrevivió al genocidio), que él fue aprehendido “en la estación de Mendoza junto a una compañera rubiecita mendocina que se toma la pastilla y muere”. Lo que llama la atención es la existencia de estas dos versiones tan disímiles y que lo cuentan con una edad tan diferente.