Nació en Alberti, provincia de Buenos Aires el 7 de enero de 1914, en una familia de estirpe conservadora; y esto es tan así, que, en 1932 con 18 años, este compañero adhiera al yrigoyenismo lo que provoca la ira de su hermano mayor, del que debe poner distancia y se va a vivir a Santa Rosa, provincia de La Pampa. En esa localidad comienza a trabajar en la dirección Nacional de Arquitectura como pintor de brocha gorda. Es en aquellos tiempos que conoce a Elisa Santajuliana con la que tendrá tres hijos: Emilse Raquel, Juan Atilio y Marta Melva. Tuvo también antes de su casamiento un paso por Jujuy siempre como pintor. Tanto en esa provincia como en Salta toma conciencia del grave abuso que las patronales oligárquicas cometen sobre los trabajadores de la caña. Como bien lo describe Daniel Parcero en un libro que se ocupa sobre la biografía de Ferrari “en Salta donde pinta la casa del Obispado y la Catedral, se vincula con la Acción Católica; pero aquel acercamiento con la Iglesia será circunstancial: años más tarde se convertirá en un crítico severo de las cúpulas eclesiásticas, y como se verá más adelante, en actor decisorio de la ruptura de las relaciones entre el Estado y las jerarquías de la Iglesia argentina”. En 1942 luego de construir su casa en Humahuaca retorna con su esposa a Santa Rosa, La Pampa. En dicha localidad labora nuevamente en la Dirección de Arquitectura y junto a otros compañeros deciden conformar la Asociación de Obreros y Empleados del Estado (AOEE). El 24 de octubre de 1945 se funda el Partido Laborista al que Ferrari se afilia y siendo un peronista de la primera hora, llega inclusive a ocupar la vicepresidencia primera de la Cámara del Senado Nacional. El General Perón lo convoca para colaborar en la redacción del Primer Plan Quinquenal. Muestra su iniciativa y promueve la inclusión de las personas que prestaban servicios en tareas rurales en el régimen de la Ley de Previsión para el Personal de la Industria y para suprimir, así mismo, las discriminaciones entre hijos legítimos e ilegítimos como así también la creación de una comisión que estudiara las actividades de las agencias noticiosas extranjeras. En otro rubro, el sindical, se hace cargo de la CGT pampeana a mediados de 1947. Antes de finalizar el año siguiente, entre el 27 y el 30 de noviembre, Ferrari convocado por el Presidente de la República, va a ser parte de la comitiva que acompañará a Evita por Mendoza y Córdoba con el fin de propiciar la reformar constitucional que se promulgará en 1949. Por la provincia Eva Perón (La Pampa) obtiene una banca de senador en las elecciones de 1952. Asume su cargo el 25 de abril de 1953. El 20 de mayo de 1955 –pleno conflicto del Peronismo con la jerarquía eclesiástica- se trata en la Cámara de Diputados de la Nación el Proyecto de Ley del senador De Paolis por el que se derogan las disposiciones legales que acuerdan exenciones de impuestos, tasas o contribuciones a las instituciones religiosas. Entre los firmantes que acompañan la iniciativa, está Juan Antonio Ferrari. Dirá, públicamente: “Puedo afirmar, como hombre de trabajo, que nuestros sufrimientos siempre tuvieron origen en la desigualdad con relación a los bienes resultantes del trabajo honrado y creador (…) El tiempo, en su sabiduría infinita, nos dará la razón en esta batalla que libramos contra las fuerzas obscuras y destructoras, parte de un sector privilegiado, que vivió siempre lejos de la lección y doctrina del Divino Maestro; tomamos el Justicialismo para reivindicar la justicia y el amor, en contra de la pompa y de la falsa ostentación del oro y del brillante”. Una de sus hijas antes mencionadas, Emilse Raquel, cumplió 15 años el 25 de diciembre de 1955 y los celebró visitando a su padre, preso en la penitenciaria de la calle Las Heras por peronista. Había sido detenido el 30 de septiembre de ese mismo año y permaneció privado de su libertad sin causa justificada alguna hasta noviembre de 1957, cuando se da a lugar a la amnistía de presos políticos que llevará adelante Frondizi. Aquella hija recuerda: “Con la detención de papá sobrevino todo un caos, cada tanto éramos agraviados desde afuera por gente desconocida (no por los vecinos) y mi mamá debía protegernos. Además, soportamos reiterados allanamientos en los que revolvían todo”. Pese a esas pálidas, no duda un instante en sumarse a la Resistencia Peronista. A fines del año 1968 Ferrari se muda a Mar del Plata, y en esa localidad balnearia, para 1976 es víctima de un robo en su domicilio de avenida Colón y Lamadrid, en la que la roban discos, cuadros, casettes con discursos de Perón y otros documentos de valor, lo que le provoca trastornos de los que nunca podrá recuperarse. Fallece de un infarto el 11 de noviembre de 1978.