Nacido un 30 de agosto de 1957. En su Santa Fe natal lo recuerdan como un amigo protector de las chicas (“si nos quedábamos solas con él no había problema. Si salíamos con él, nuestros padres no se preocupaban por la vuelta. Solo si salíamos con Alfredo podíamos ir a un recital”, rememoran), artesano de cerámicas y collares, amante de la música rock nacional y de la libertad; aventurero por siempre. Dicen que siempre estaba cagado de frío en invierno porque usaba las botitas de gamuza sin medias; era un personaje. Ferroviario, fue peón de depósito en la línea del ferrocarril General Belgrano. militó en Juventud Peronista. Después del Mundial de Fútbol se fue a vivir a Buenos Aires. Casi nadie sabía de su militancia en el peronismo revolucionario. Militante montonero en la estructura militar de la Columna Oeste. Su nombre de guerra era “Pablo”. Secuestrado por la dictadura el 3 de diciembre de 1978, a las 17 hs. en una cita cantada en el barrio de Congreso. Fue asesinado, pasando antes por el CCD Olimpo. Sus amigas de correrías juveniles, gustan recordarlo y homenajearlo para siempre con una frase de Martin Luther King: “Aún si supiera que el mundo se habría de desintegrar, yo igual plantaría mi manzano”.