Llegó a cursar hasta tercer año del Colegio Militar en el arma de caballería, pero se dio cuenta que eso no era para él y pidió la baja. Periodista. Militante del gremio de prensa en el sector del peronismo combativo. Tenía 30 años al momento de su secuestro y desaparición cuando a su vez estaba averiguando la desaparición de su más que amiga montonera, Lucía Cullen. Eso fue el 26 de noviembre de 1976 cuando una banda militar armada se lo llevó de su casa de Av. Entre Ríos 676 de esta Capital. Ernesto Luis era un hombre de principios, irónico y rebelde. Al respecto es memorable una nota que hizo sobre el historiador antiperonista Félix Luna y en donde lo definió a éste como “un primate con piel de cordero”. Flaco, alto, pintón, de poblados bigotes negros, no pasaba desapercibido para las mujeres. Le gustaba leer y hacer amigos, porque como aclara su hermano Eduardo, “eso era lo que nuestros padres le enseñaron: hacer amigos y no hacer plata. Por eso no me extraña que se haya jugado por alguien que quería, y te puedo asegurar que Lucía era una mujer muy especial”.