Cuenta Julio César Robles (ver su registro) y toma nota de lo hablado, el historiador Julio Carreras. “Le dí a (Robi) Santucho la dirección de un bar de la calle Viamonte al 900, donde trabajaba como encargado de turno un compañero Uturunco llamado José Frazzi, con quien fui a la escuela primaria. Y al tiempo, al volver a Buenos Aires, este amigo me dijo que le había concretado una entrevista a Santucho con Ricardo Rojo, pero que ‘no tenía más noticias del santiagueño’. Mientras tanto, los que quedamos en el cerro estuvimos aproximadamente diez días explorando los alrededores, marchando hacia unos viejos aserraderos abandonados, lugares que también nos sirvieron de refugio en los años sesenta. Y después de esas incursiones acompañamos hasta la ruta a los dos compañeros del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) que marcharon hacia Tucumán”. Preguntado sobre la situación actual de Frazzi, contesta: “Vive aún, inválido y completamente sordo el compañero José Frazzi, quien fuera el que contactara a Santucho con Ricardo Rojo y que facilitara su acercamiento con los cubanos. Es difícil la comunicación con este compañero, que vive en Buenos Aires, periódicamente tengo contacto telefónico y el mecanismo de la charla es, primero le cuento a su esposa lo que quiero decirle, ella luego le escribe lo que le dije, y después él me contesta, sin parar de hablar, porque si quisiera hacer una repregunta no me escucha nada. Si usted quisiera escuchar de boca de este compañero como fueron las tratativas en aquel momento, podría yo arreglar las cosas para una comunicación telefónica. José Frazzi vive de una magra jubilación y de la ayuda de algunos compañeros de la Resistencia Peronista. Fue triste el final de muchos compañeros Uturuncos; los combatientes en general salvo contados casos murieron en la más extrema pobreza. Las leyes de reparación histórica sólo contemplaban a los compañeros presos, perseguidos, exiliados, etcétera, desde el año 1976 en adelante. Gracias a Dios muchos compañeros pudieron acogerse a dichas leyes, pues la mayoría tenían una vida destrozada, es difícil después de ciertas experiencias rehacer la vida, recuperar la familia, etcétera. Recién para el año pasado, fue sancionada una Ley de Reparación para los perseguidos, procesados, encarcelados, etcétera, durante los años que van desde 1955 al año 1963. Todavía está sin reglamentar, pero, aunque se reglamente, los que más la necesitaron ya están muertos…”.