Roberto
Baschetti

García, Héctor Orlando

(En la foto, con su mujer, Marta Di Luca, en Mar del Plata, recién casados). “Tito”. Nacido en La Plata, provincia de Buenos Aires, un 20 de octubre de 1937. Secuestrado el 18 de junio de 1976 en su domicilio de Barrio Obrero, Manzana 7 Casa N° 205 de Berisso, provincia de Buenos Aires, por la madrugada. Y ese mismo día, asesinado, su cuerpo sin vida apareció en la ruta provincial N° 19 en el camino que une Punta Lara con Villa Elisa en Ensenada, también territorio bonaerense. García tenía un metro noventa de altura y un tranco largo que lo ayudaba a practicar ciertos deportes como atletismo, jabalina, bala o disco representando a Villa San Carlos el club de barrio. Al concluir la escuela primaria con 14 años ingresó a la “Escuela de Aprendices y Especialidades Astillero Río Santiago” y cuatro años más tarde egresó con el oficio aprendido. Tito García fue supervisor en el sector de Chapa Fina, donde se construyen las tuberías, los caños que permiten la ventilación, extracción y escape de los gases que se generan en la combustión de los motores de los buques; era un maestro en lo suyo. Además, tipo laburador, serio, correcto capaz de reformar o modificar cualquier tipo de piezas. En 1973 el sindicato era conducido por la Lista Azul y Blanca, peronista ortodoxa que seguía la política del vicegobernador provincial Victorio Calabró y que valga el juego de palabras, para los intereses de los obreros eran un verdadero descalabro. Se formó entonces una lista opositora, la Lista Celeste que respondía a la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) y que en las elecciones gremiales de aquel año consiguieron un número importante de representantes. García entre ellos. Cuenta el “Turco” José Salum, trabajador en los astilleros: “Los delegados por sección ganaron protagonismo en la discusión de las condiciones de producción y de los convenios colectivos. Los principales conflictos eran por mejorar el ingreso, las condiciones laborales, faltaban insumos. Los trabajos insalubres, más de un compañero terminaba la jornada descompuesto por los gases tóxicos de las soldaduras. Al principio, realizábamos asambleas por algunos de los reclamos y si era necesario nos movilizábamos. Después de que murió Perón, la cosa se puso más dura y por seguridad los de la Lista Celeste empezamos a reunirnos a escondidas (…) En las asambleas nos amenazaban, no querían aceptar nuestras propuestas y ahí aparecía Tito, un terrible orador, puntual, preciso, no sabés lo que era. Un día vinieron los del sindicato a apretarlo, le pedían que se dejara de joder, que renunciara y los sacó carpiendo, justo a él venían a amenazarlo, se ve que no lo conocían”. (“Las vidas que nos faltan”, libro de Jorge Drkos). Héctor Orlando “Tito” García junto a otros compañeros fue despedido por la patronal de la Marina el 30 de marzo de 1976 por aplicación del decreto/ley 21.206, una de las primeras medidas de la dictadura militar para despedir sin causa, sin sumario y sin indemnización a cualquier trabajador del Estado que “de cualquier forma se encuentre vinculado a actividades de carácter subversivo o disociador o que las fomente”. En la volteada podía aplicársele a cualquiera. El 13 de junio del ’76 es ultimado por Montoneros el Capitán de Corbeta retirado Jorge Raúl Bigliardi, jefe de seguridad del Astillero que para ese entonces era más parecido a un campo de concentración laboral. La respuesta dictatorial fue de “5 x 1” y secuestraron y mataron a cinco trabajadores combativos. Héctor Orlando García fue uno de ellos.