Roberto
Baschetti

García, Rolando

Nació el 20 de febrero de 1919 en Azul, provincia de Buenos Aires. Meteorólogo, fue Director del Servicio Meteorológico Nacional. También fue el primer vicepresidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). “La Noche de los Bastones Largos” aciaga jornada de 1966 en que la dictadura del general Onganía avasalló la Universidad, lo tuvo como protagonista involuntario cuando con su presencia física siendo decano de la Facultad de Ciencias Exactas (1957-1966) trató de impedir el paso de los energúmenos –infantería de la Policía Federal- y fue apaleado por estos; luego lideró la renuncia del 75% de los docentes de dicha facultad y partió al extranjero. Se asiló en Ginebra, Suiza donde colaboró en las investigaciones de la Teoría del Conocimiento llevadas adelante por el epistemólogo Jean Piaget. Regresó al país a comienzos de los ’70. En todas sus biografías vertidas en medios académicos o del “establishment”, recurrentemente olvidan mencionar el compromiso político de Rolando con su patria y con su gente. En tal sentido fue fundador del Consejo Tecnológico Peronista (CTP) abocándose con sus cuadros a generar políticas para el sector, ante la inminencia de un triunfo electoral en 1973, como sucedió luego con Cámpora. (Declaración que exhumo de mi archivo personal: “Convencidos de la necesidad de reiniciar orgánicamente esa tarea, quienes formamos actualmente el Consejo Tecnológico Peronista anunciamos la reanudación de su actividad como una parte más del Movimiento Peronista, para sumar su aporte a la construcción de una nueva propuesta del Peronismo y hacer realidad una Argentina justa, libre y soberana”. Nada más ni nada menos. Tras sufrir amenazas por parte de la Triple A, debió partir nuevamente a trabajar al exilio en 1974; esta vez a México (Asesor de política científica de la UNESCO; pasó a indagar sobre los cambios de la biósfera por efecto de la acción humana y los problemas alimentarios). Con el regreso de la democracia en 1983 hubo esperanzas de rehacer la cuestión científica en Argentina, pero el sometimiento del gobierno del Dr. Alfonsín a los planes del Fondo Monetario Internacional (FMI) restó toda posibilidad al intento. Rolando García en una entrevista concedida a la revista “Izquierda” en noviembre de 1985, afirmaría que: “No me perdonan haber intentado sumarme a una corriente revolucionaria, de izquierda, o como quiera llamarse, dentro del peronismo. Este gobierno –el de la UCR- tiene la idea de que el enemigo no es ni la dictadura militar, ni la oligarquía, ni la patria financiera, sino el peronismo. Lo he verificado, uno por uno, en entrevistas personales. Hablan de corrupción, pero se trenzan con ella”. En el año 2009 la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales lo reconoció en vida, al imponer su nombre y apellido, con motivo de cumplir 90 años, al Pabellón I de la Ciudad Universitaria, como reconocimiento a su aporte a la ciencia argentina. Rolando García falleció a la edad de 93 años el jueves 15 de noviembre de 2012 en el D.F. mexicano. El físico Jorge Aliaga recuerda el grado de inteligencia y compromiso de García con su cargo público. En 1962 el gobierno de turno había limitado la compra de muebles y útiles para la facultad. Pero García se las ingenió para poder contar con el material necesario indispensable para que sus alumnos y profesores pudieran seguir adelante con sus estudios y experimentos; para sortear restricciones en lugar de mesada escribió “soporte antigravitatorio para material científico”; en lugar de máquinas de escribir: “transcriptores de fonemas”. La burocracia estatal aceptó el pedido.