Pertenecía a una familia trabajadora de San Telmo. Su padre fue papero, en la Feria primero y luego en el Mercadito de Carlos Calvo y Bolívar. Ella era artista plástica y artesana, vendía los espejos que ella misma fabricaba en la Feria de San Telmo donde fue una de sus fundadores y hoy existe una placa con su nombre recordándola. Se casó, tuvo una hija de nombre Camila y luego se separó. Vivió en un conventillo de Chacabuco y Estados Unidos. Integró la Asociación Gremial de Artesanos (AGT). Fue secuestrada-desaparecida el 8 de julio de 1976. Sus amigas, en 2004 la evocaron así: “Te sacaron de tu casa manos atadas a la espalda delante de tu hija de 9 años. Creyeron que te borraban, pero te recordamos y te recordaremos. Ni olvido ni perdón. Verdad y Justicia. Quisieron enterrarte, pero te sembraron”. Camila, su hija, con el tiempo, pudo viajar a Europa donde vivía su padre y hoy es una mujer de 37 años que milita en Francia por los derechos de los inmigrantes.