“Chueco”. “Pato”. Nacido en Concepción de Uruguay, Entre Ríos el 7 de agosto de 1955. A principios del ‘73 desembarcó en La Plata para estudiar Ingeniería. En un principio en la Facultad se enroló en FAEP (Frente de Agrupaciones Eva Perón) hasta la creación de la Juventud Universitaria Peronista (JUP), Fue Montonero. Los guachos de sus compañeros de militancia le pusieron también de sobrenombre “La Vieja” por su parecido fisonómico con la protagonista del comercial que pasaban por T.V. de esa marca de vinos (Bordolino). Garnier era hincha de Independiente como el resto de su familia. Se casó con una compañera de facultad y organización: Violeta Graciela Ortolani (ver su registro). Ambos resistieron a la traición de Isabel Martínez y a la entrega del país por Videla & Cía. Militaban por las causas sociales, hacían trabajo social en las villas. Fue secuestrado-desaparecido el 8 de febrero de 1977 en la misma ciudad de La Plata. Su compañero de organización y amigo en la vida, Oscar “Petu” Galante, el 4 de septiembre de 2015, en Entre Ríos, con motivo de la imposición del nombre de “Edgardo Roberto Garnier” a un aula del histórico Colegio Nacional de Concepción del Uruguay creado por Urquiza en 1848, desgranó una semblanza de la “Vieja”, de la cual recupero algunos párrafos: “Su papá Horacio y su mamá Blanca, conformaban junto a Silvia (hermana menor de Edgardo) una familia típica entrerriana. Vivían en la calle Chacabuco 324, en el Barrio de la Estación y aparte de estudiar mucho, jugaba muy bien a la pelota (pese a su asma, hincha de Independiente) y gustaba de la compañía de los perros. Desde pequeño se interesó por la lectura; ávido lector de los clásicos griegos, y estudioso de la mitología, solía matizar sus conocimientos con cuanta historieta caía en sus manos. Ya en la escuela provincial Nº 1 ‘Nicolás Avellaneda’ demostró su característica de líder, ya que cada vez que se le demandaban trabajos grupales, la reunión se hacía en su casa. Egresado de la primaria y siendo elegido como el mejor compañero y ganador con su equipo de un certamen sobre Historia de Entre Ríos, ingresó al Colegio Nacional antes citado. Allí se formó intelectual y socialmente a la par que realizó estudios de Radio y Televisión, egresando con el mejor promedio. A los 17 años partió para La Plata a estudiar ingeniería. Muy buen estudiante, inteligente y capaz a la vez que pensativo y solidario, tenía muy en claro, cuál era el papel que debía cumplir la universidad en un gobierno nacional y popular. En el ’75 Edgardo se fue a vivir con otros compañeros (Tano, Rafa, Pollo, José, Nico y Petiso) a Ensenada, en el Barrio de Cambaceres: allí lo encontró el golpe del 24 de marzo de 1976. Posteriormente se mudó con Violeta (Ortolani), alquilando una casa en Ringuelet y al poco tiempo ella quedó embarazada. En diciembre de 1976, Violeta con 7 meses de embarazo es detenida y ‘desaparecida’ cerca de la casa que habitaban. Y dos meses después pasa lo mismo con Edgardo. Su familia y sus compañeros los seguimos buscando a los dos, como así también al hijo que ambos tuvieron y que todavía engrosa la lista de los más de 400 jóvenes, a los que nos falta restituirles su verdadera identidad (…) Venimos hoy a homenajear a un joven, luchador, militante. Venimos hoy a homenajear tu vida, tu dignidad, tu ética, tu entrega. Venimos por Memoria, Recuerdo y Compromiso (…) Garnier siempre insistía en que nuestras universidades debían generar profesionales capaces, críticos, creativos, atrevidos, de excelencia, por con hondo contenido social, humano. Profesionales con conciencia nacional, compromiso social, vocación popular y voluntad personal. Hoy estaría muy contento con las 16 nuevas universidades, con la creación del Ministerio Nacional de Ciencia y Técnica, el 6.47% del PBI para Educación, Ciencia y Tecnología, el Plan Fines y el ARSAT 1 en el espacio, entre otras muchas conquistas logradas (…) Seguiremos buscando tus restos, seguiremos recordándote, seguiremos bajando cuadros de los genocidas, como hizo Néstor y continuaremos la política de Derechos Humanos, de memoria, Verdad y Justicia, que es emblema de este Gobierno Nacional, Popular, Democrático, Transformador y profundamente Latinoamericano, que encabeza Cristina y que lleva adelante los postulados, ideales y sueños por los que vos luchaste”. A veces la vida con el tiempo, da reparaciones. Adriana, así se llamó una niña nacida a principios de 1977, resultó ser la hija de Violeta Ortolani y Edgardo Gambier, fue la “Nieta 126” recuperada por las Abuelas de Plaza de Mayo. Ocurrió en diciembre de 2017. La pareja que la crió cuando fue robada, se hizo de ella a través de una mujer que tenía contacto con un comisario que traficaba bebés. Pagaron para tenerla.