Roberto
Baschetti

Gelos, Ulises Edgardo

“Ruso”. Esta reseña me la hace llegar el compañero Enrique Juan Ferrari. “Día 23 de diciembre del puto año 2020. Voy a recordar: Era una tarde soleada en Bahía Blanca, tipo 17/18 horas, donde despuntaba la primavera del año 1967. Nos estaban sorteando para el servicio militar. En el conteo de puntos se nos hizo la tardecita y el ‘Ruso’ Ulises sacó número bajo, y por lo tanto se salvó de la colimba. Yo no, estuve 14 meses en el Ejército. Ese día nos conocimos, y desde ese día además de crecer la amistad nos fuimos encontrando en el mismo pensamiento político que expresaba al peronismo de los ’70. Pasaron unos años. Hubo motivos para rencontrarnos. Las ebulliciones políticas nos juntaron en la misma vereda. La vereda del pueblo estaba habitada por ciento de personas, en la vereda de la J.P (Juventud Peronista), muchos, cientos, pero con un objetivo y un mandato: Evita era la llama, la bandera, de ella era el mandato. John William Cooke era el ideólogo del Peronismo Revolucionario. El general Perón, el péndulo a convencer. Los compañeros que habían ofrendado la vida al Pueblo y a la Patria eran nuestro compromiso. Con el ‘Ruso’ hicimos ‘pata’ en la JP, él fue nuestro responsable político en Bahía Blanca. Muchos de nosotros formamos filas en la ‘Gloriosa JP’, porque seguíamos al ‘Ruso’ que era nuestro amigo y compañero. De esos sentimientos se nutría esa Gloriosa muchedumbre organizada de Compañeros. El ‘Ruso’ Ulises era de Punta Alta (Base Naval Puerto Belgrano) había militado siempre en los sectores revolucionarios. Sus hermanos y amigos, se repartían entre el peronismo y sectores de izquierda. Ya por los años 1970/71 el ‘Ruso’ comienza a estrechar convicciones con los compañero de Punta Alta, entre ellos el ‘Tigre’ Miranda y Roberto ‘Jimmy’ Garbiero, con ellos y otros compañeros, el ‘Negro’ Coria, Everardo Facchini, se va formando la militancia que luego sería la JP. Fueron tiempos intensos en el que había que poner mucho de nosotros; el ‘Ruso’ lo puso todo: tiempo, organización, fue el compañero que siempre dio la cara y puso el cuerpo, porque en esos tiempos difíciles no había lugar para tibiezas. El que hablaba en las manifestaciones para aclarar algo de lo confuso que era el peronismo. Tenía vocación de unidad y pecaba cuando sabía que la unidad no era tal y seguía adelante. El gobierno peronista lo encarcela por julio/agosto de 1974, en el marco de la persecución a militantes de la Tendencia Revolucionaria por parte de la derecha peronista, con el aval del general Perón. Fue llevado a la Cárcel de Villa Floresta en Bahía Blanca. El Terrorismo de Estado empezaba a cobrar víctimas y el exilio era la única opción para su vida. Por eso más adelante tiene opción para irse del país integrando la larga lista de exiliados externos, sale vía Perú, años más tarde recala en Venezuela. En este país realiza trabajos de agrimensura sobre la isla Margarita que fue su fuente de ingresos. Vuelve aproximadamente del exilio en 1985, con su familia, dos hijos y un sueño para continuar un sueño político más grande. Siguió militando esporádicamente sin lograr tener una militancia formal. Nos encontramos en la ciudad de La Plata, donde yo había cumplido mi cuota de exiliado interno con todas las pérdidas de afectos posibles, que eso supone. Años después, me invita a conocer a su nueva compañera. Excelente muchacha Elsita, con ella tienen dos hijas de la cual, la última, Aldana, me dieron el honor de ser su padrino. Quiero recordarlo como el amigo, compañero, que, en los años 70, encabezó la idea de cambios profundos, no pudimos, se nos quedó las ganas, por eso seguimos. También, como la persona que, pese a todos los males, siempre iba al frente con una sonrisa y un; ‘no hay mal que por bien no venga’. Una vez lo llevé en otoño a la Diagonal 73 en Plaza Rocha, entre calles 9 y 58, le mostré las flores azules del jacarandá en el piso, que formaban un tapizado azul. Le dije; ‘Esta es una de las cosas por las cuales no me voy’. Estuvo de acuerdo. Así que, Ruso, esta vuelta, voy a ir solo recordándote, de alguna manera me acompañas. Sé que estarás. Hoy se nos fue Gelos, el coronavirus no perdona. Con él se va toda una historia política de un tiempo revolucionario y de imborrables recuerdos de amistad y militancia. Es una marca fuerte en mi vida, siento que se me va un pedazo de utopías e historias para compartir. ¡’Ruso’ presente! Un fuerte abrazo, hermano y compadre”. En mi archivo Gelos aparece como militante de Juventud Peronista, Descamisados y luego de Montoneros. El Archivo de la Memoria de la Universidad Nacional del Sur (UNS) lo entrevistó a través de José Marcilese, el 12-11-2020. A los datos anteriormente vertidos se suma que nació en Punta Alta. Que en 1966 ingresó en la UNS a estudiar Agrimensura donde comenzó su militancia en el “Frente Estudiantil Nacional”, agrupación vinculada al sector del Peronismo liderado por John William Cooke. En 1969 se trasladó a Buenos Aires (milita en Descamisados) y en 1971 regresa a Bahía Blanca, con la misión de ampliar las bases de apoyo a la Juventud Peronista en el sector estudiantil. Formó parte de la creación de la JP en la UNS. En 1974 fue encarcelado por su militancia política. Luego del golpe militar se le dio la opción para salir del país y se exilió en Venezuela. Es de hacer notar que en esta entrevista de la UNS su apellido aparece con acento en la “o”, es decir como “Gelós”.