Nació el 9 de junio de 1960. Estudió desde el Jardín de Infantes en el ENSPA de Avellaneda hasta que lo echaron y terminó sus estudios en el colegio Canadá de la misma localidad. Militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Dice su hermana: “Ese verano del ’78, habíamos pasado nuestras últimas vacaciones juntos. Eugenio volvió antes desde la costa. Estaba en casa cuando de alguna manera se enteró de que lo vendrían a buscar. Se despidió de los abuelos Juan y María con quienes convivía y se fue. Unas horas más tarde, cuando ellos se disponían a salir a la vereda a tomar unos mates, María encuentra detrás de la puerta una ametralladora en manos de un soldado, apuntándole a su estomago y un camión militar estacionado en la calle. Es en ese momento cuando ingresan a la casa, los atan y amordazan, disponiéndose a revolver todo y llevarse la mayoría de las cosas que les servían. Luego de ver que Eugenio no regresaba, decidieron irse. Cuando los viejos logran desatarse, se comunicaron con el otro hermano, Esteban, quien llegó un poco más tarde e hizo la denuncia en la comisaría del barrio. Inmediatamente emprendí el regreso desde la costa para llegar a la noche. Aún seguía todo revuelto ó por lo menos lo que quedaba. Eugenio se comunicó telefónicamente un par de veces para decirle a mamá que estaba bien y que las cosas materiales no importaban; hasta que dejó de llamar. Nunca supimos qué fue de él a pesar de todas las búsquedas que realizaron mis padres. Desapareció en el mes de febrero de 1978 con 16 años. Marina, su novia, hizo la denuncia en los Derechos Humanos. Mamá se acercó varios años más tarde y aportó más datos. Hace poco me reencontré con Marina y su amigo Raúl. No saben mucho, pero Raúl fue quien lo albergó en su departamento del barrio Güemes de Avellaneda durante las semanas posteriores a su partida”. La CONADEP lo dá por secuestrado y desaparecido en febrero de 1977 en Capital Federal. Pero al pié de la única foto que hay de él (Legajo 1324 B.19), se da como fecha de desaparición el 30-1-77.