“Miguelito”. “Rulemán”. También conocido como “El Petiso”, era un joven peronista de base (PB) del grupo de los Villaflor de Avellaneda, que estuvo y sobrevivió al infernal tiroteo que se armó en la confitería “La Real” ubicada en esa localidad allende al Riachuelo, el 13 de mayo de 1966. En aquella acción, como se recordará, murieron dos peronistas revolucionarios (Blajakis y Zalazar. Ver sus respectivos registros) y un allegado a Vandor y parte del grupo agresor: Rosendo García. Juan Ignacio Gomar, para otros, era “Miguel Gomar” y de allí su sobrenombre de “Miguelito”. Aunque el más simpático es el que se ganó cuando hizo instrucción militar en Cuba, como militante de Acción Revolucionaria Peronista (ARP), cuando le decían “Rulemán” porque era de dar pasitos cortos y acompasados, por lo que parecía rodar o deslizarse en vez de caminar. Hombre de la Resistencia Peronista en una acción de sabotaje perdió una mano. Con la irrupción de la última dictadura cívico-militar se fue a vivir a Europa, a un país nórdico que bien podría ser Suecia.