“Dito”. Nacido el 11 de enero de 1937 en la ciudad capital de Mendoza. Estudió primario y secundario (colegio San José) con los hermanos Maristas en su ciudad natal. Ahí aprendió a aborrecer a los curas y a la mediocridad. Cuando era joven, fue rugbier en el Club Universitario de Buenos Aires (CUBA). El fútbol no le era indiferente, a nivel nacional hincha de los “Diablos Rojos” de Avellaneda, en el ámbito provincial de Gimnasia y Esgrima de Mendoza, equipo del cual era además socio. En 1960 se casó con Gloria Miranda Dartiguelongue, concertista de piano, políglota, profesora emérita. Tuvieron 5 hijos. Abogado. Defensor de presos políticos. Había militado en el Partido Comunista (PC), para luego sumarse al peronismo revolucionario. Militaba en Montoneros en el sector de las finanzas de dicha organización político-militar. También sumó sus esfuerzos a la creación del Partido Peronista Auténtico en 1975. Dicen los que saben que, Conrado –apasionado turfman, socio del Jockey Club Mendoza- les consiguió escondite y trabajo en la editorial “La Fija” y en el universo hípico a muchos militantes que huían de la represión. Además, llevó adelante una defensa en forma exitosa como letrado, cuando Guillermo Martínez Agüero –cuñado de Firmenich, Ramón Konkurat y otros militantes montoneros- que habían sido “chupados” debieron aparecer con vida, ser sacados de comisarías y darles proceso judicial. Conrado fue secuestrado-desaparecido por una patota de la ESMA (Marina de Guerra) el 10 de enero de 1977 en la Avenida Santa Fe 1713 entre Callao y Rodríguez Peña, donde tenía sus oficinas. Al momento del secuestro se encontraba con otros miembros de montoneros de menor rango. El marino represor Jorge Perrén –ya fallecido- fue el encargado del operativo. Se efectuó de madrugada, después de haber sido vigilado durante varias horas el lugar, desde el día anterior, el lugar. Se supone que los encontraron durmiendo. Un recordatorio de su familia aparecido oportunamente en “Pagina 12”, lo reivindica en toda su dimensión: “El tiempo implacable contrariamente a dejarte, te acerca y corporiza en mil formas. Se engrandece tu ser maravilloso y tu amor revolucionario. Eso nos proyecta más vivos y unidos, recuperando memoria”. Algo más: pasado mucho tiempo de la dictadura y cuando su familia empezó a juntar algunas cosas de su estudio que la mujer había escondido prolijamente, apareció un pergamino otorgado por la Unión Ferroviaria de Mendoza, con unas 300 firmas que decía: “La Comisión Ejecutiva de la Unión Ferroviaria General Belgrano Mendoza en nombre de todos los asociados que representa rinde este sincero y cariñoso reconocimiento al amigo Conrado Gómez por su valiente y desinteresada defensa de nuestros detenidos en la Heroica Huelga de 42 días de 1961”.