(En los listados de la CONADEP, en el “Nunca Más” aparece con el nombre de Pablo Gómez). Fue muerto por la Triple A en el mismo caso que involucra entre otros, los asesinatos de Héctor Ricardo Flores –su amigo- y el concejal Héctor Eladio Lencinas (ver ambos registros). Gómez –siempre peronista- fue secuestrado el 21 de marzo de 1975 en Lules y Calandria, Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires y asesinado al otro día en el Barrio San José de la misma localidad del conurbano bonaerense, en la intersección de las calles Santiago del Estero y Comodoro García. Su amigo Néstor Díaz lo recuerda como “una persona muy querida, que tenía un corazón grande y siempre se jugaba por la gente; en cualquier lado sacaba la cara por quien lo necesitara. Trabajaba como chofer de la línea 266. Cierto día manejaba el ramal que va a Bernal y a la altura de Lamadrid sube una mujer embarazada a punto de tener su bebé. Germán habla con los pasajeros y les explica que va a desviar su recorrido, pero quien quisiese podía tomar el colectivo siguiente. Así se hace. Lleva a la mujer hasta el hospital y luego retoma el recorrido. Al llegar a la Terminal de la 266 en Lomas, lo despiden. Germán acciona legalmente, pero la empresa se niega a pagarle la indemnización correspondiente, buscando excusas. Finalmente (Germán) le pide a dos o tres muchachos del barrio que lo acompañen hasta la empresa y a punta de pistola retira el dinero que le pertenecía”. Germán era boxeador y llegó a pelear por el título sudamericano –dicen- y siempre lo seguía en su periplo deportivo la hinchada barrial que incondicionalmente iba a alentarlo. Memoriosos también lo ubican en la escena compartida con otros compañeros del barrio interceptando camiones de “La Serenísima” o de algún frigorífico para apropiarse de la mercadería y repartirla entre los vecinos más necesitados. También se ganó la vida, trabajando como maquinista en el puerto.