A la edad de 29 años fue secuestrado-desaparecido un 30 de noviembre de 1976. Fue en José L. Cabezón y Nazca, barrio capitalino de Villa Pueyrredón. Era delegado gremial en el Banco Nación, sucursal Monserrat y militaba en la Juventud Trabajadora Peronista (JTP). “Eduardo era una persona transparente como sus ojos, amaba tanto la vida, a mí, a su esposa, a sus sueños, con esas ganas inmensa de cambiar las cosas, que nunca me he podido resignar a no verlo más, durante todos estos años me parece que en cualquier momento va a tocar a mi puerta y abrazarme como lo hacía siempre”, dijo su madre Nora. Como se expresa en una biografía armada por los bancarios: “Eduardo, al igual que otros compañeros, jamás ocultó su compromiso militante y seguramente por eso, el interventor de la Junta Militar en el Banco, el contralmirante retirado Andrés Oscar Cobas, en base a lo “informado por los Organismos de Seguridad y lo actuado en esfera administrativa dentro de la institución… lo declaró cesante por razones de seguridad”. Después lo secuestraron y mataron. El 26 de octubre de 2004, la madre de González recibió una medalla por parte de la identidad bancaria, que simbolizaba el reconocimiento institucional de Eduardo “como trabajador del Banco Nación que fue desaparecido por el Terrorismo de Estado”.