Roberto
Baschetti

González Gentile, Juan Carlos

“Gordo”. “Gallego”. Nacido el 20 de agosto de 1946 (otro registro lo da como nacido el 3 de enero de 1945 en Bahía Blanca). Empezó su militancia en la Facultad de Humanidades de La Plata (Estudiando Historia), González Gentile, al profundizar su compromiso político se integró a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y con la integración, el 12 de octubre de 1973, pasa a ser un flamante cuadro montonero. Si se mira para atrás, estuvo en todas las grandes movilizaciones de los ’70: el primer acto masivo de la campaña “Luche y Vuelve” que se realizó en la cancha de Cambaceres, en Ensenada, donde se apiñaron más de 5 mil personas; la larga y accidentada marcha sobre Ezeiza el 17 de noviembre de 1972 para ir a recibir a Perón; la asunción de Cámpora en mayo del 1973, cuando “el sol del 25 viene asomando” y también en la discusión con Perón en la Plaza de Mayo el 1° de mayo de 1974. González Gentile era un organizador: cuando se crea el Partido (Peronista) Auténtico, él fue el apoderado en la provincia de Buenos Aires. Lo trasladan a Santa Fe en octubre de 1976 debido a la ferocidad de la represión desatada en La Plata. El sábado 12 de febrero de 1977 el “Gallego” fue a cubrir una cita, sabiendo que la muerte rondaba cualquier esquina y su propia figura, pero al menos, que si eso ocurriera que fuera lejos de la vista de su compañera y sus hijos Javier, Griselda y Soledad. Cuando caminaba por la calle Belgrano, desconfió de unos linyeras que resultaron ser miembros de un grupo de tareas que lo estaban esperando. No sé, si alcanzó a defenderse ó no; cayó bajo el fuego cruzado, de rodillas, inmóvil. Sus restos fueron recuperados por el Equipo Argentino de Antropología Forense e inhumados por sus familiares en La Plata, el viernes 31 de marzo de 2000, con una frase: “El bosque hace un árbol” y una larga estrofa: “Ellos creen que has muerto porque te han matado / Ellos creen que se pueden quebrar de un hachazo los bosques / Ellos puede que hasta crean que estamos aquí para llorar tu muerte / Porque ellos lo que ignoran, en realidad, es que te han multiplicado / que estás mirando por todos nuestros ojos / hablando por nuestras bocas / abrazando con todos nuestros brazos / caminando con todos nuestros pasos”. En 2010, en un obituario de “Página 12” se hicieron presentes sus compañeros de militancia: “¡Aquí estamos compañero! En la ciudad de tu lucha por una Patria Justa, Libre y Soberana. La que tuvo el orgullo de llamarse como Evita, la de las diagonales y los tilos de tus sueños, la de una ‘juventud maravillosa’ que la engalanaba pintado sus “P” y sus “V”. Y aquí estás con nosotros ‘Gallego, como siempre, caminando las anchas veredas del pueblo”.