Personaje tan interesante como misterioso. Se sabe que nació en Córdoba. Pero no hay fecha de ello ni de su deceso. Fue comisario en la sección de Orden Político y Social de la División de Investigaciones en la provincia de Córdoba durante el primer peronismo. Caído el gobierno peronista fue detenido. Se fugó de la cárcel. Nunca se supo si fue por el traspaso de su figura a “los servicios” para infiltrarse en la Resistencia o si su escape fue obra de sus camaradas de armas que se lo facilitaron. Pasó a la clandestinidad. Lo que sigue está tomado del “Diccionario del peronismo 1955-1959” coordinado por Darío Pulfer y otros y dado a conocer en 2023. “Se convirtió en un mito viviente en el rumor local. Para los opositores al peronismo había sido capturado, para los peronistas ‘manejaba’ a la policía desde el llano. Por su gordura y baja estatura, fue conocido con el apodo de ‘Gordo”. Otras versiones realizan variaciones con esos datos agregándole su condición de homosexual, apodándolo ‘La Gorda María’ o ‘María Luisa’. Gordillo se constituyó en el referente de la más importante de las vertientes de la resistencia peronista en Córdoba, quedando a cargo del Comando de la Resistencia Peronista (CRP), junto a Julio Betbeder, en base a la experiencia y conocimiento de la organización celular del Partido Comunista en la provincia; desarrollaron una red de similares características, integrada por núcleos de 10 personas. Comenzaron su sistema de relaciones con policías y militares retirados, para extender su influencia en el sector gremial. Hicieron pie en las fábricas industriales, constituyendo allí su base de captación. Las relaciones con el sindicalismo local fueron creciendo, ocupando un lugar central el gremio de canillitas a cargo de Jesús ‘Negro’ Cuello. La cadena armada se extendió por toda la provincia. Funcionaron de manera aislada, manteniendo un único hilo de contacto con Perón a través del comando de exiliados de Brasil coordinado por Modesto Spachessi. Por esta razón no participaron del levantamiento de Valle. A fines de 1956 organizaron en Unquillo un cónclave de resistencia peronista en las provincias de Cuyo y Norte del país. Participaron más de 300 militantes. Sus acciones, al principio, se orientaban a la distribución de panfletos o a la realización de actos de sabotaje, francamente menores. Con el tiempo, buscaron proveerse de explosivos para generar situaciones de intimidación o presencia pública. La dinamita y los fulminantes les llegaban del interior de la provincia, a través de la red celular que habían configurado. Para la inteligencia militar, Gordillo actuaba como referente principal en la provincia de Córdoba, del Centro de Operaciones de la Resistencia o Centro de Operaciones de la Resistencia Peronista, que a nivel nacional coordinaba el general retirado Miguel Ángel Iñiguez. Gordillo se ocupaba de la trama clandestina, junto a algunos civiles y militares retirados. El CRP de Córdoba tenía relaciones con otras vertientes de la resistencia local. Como la que comandaba Carlos ‘Coco’ Pedrotti de la Alianza Libertadora Nacionalista. Esa convergencia parece haber sido la responsable de la explosión de la refinería de Shell en febrero de 1960. La captura de los archivos de la red clandestina cordobesa y la explosión de Shell hizo que fueran apresados, sumariados en distintas instancias y condenados por la justicia militar bajo la aplicación del Plan CONINTES. El 6 de mayo de 1960 Gordillo, fue detenido. Resulta probable que haya recuperados su libertad con la amnistía dictada por el presidente Arturo Illia (en 1963)”. Nunca más se supo nada sobre su persona.