El 3 de agosto de 1979 fue secuestrado a la edad de 26 años, junto a su mujer y compañera Josefina Villaflor y la hijita de ambos María Celeste, que al otro día fue devuelta a sus abuelos. Pero sus padres siguen “desaparecidos” por ser militantes del Peronismo de Base (PB) en el gremio de los gráficos y las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP). José Luis “Pepe” Hazán fue visto por otro secuestrado –Víctor Basterra- en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) antes de su muerte. Josefina de 28 años de edad, trabajaba como empleada de la Federación Gráfica Bonaerense. Fue su hija y otros familiares y amigos, quienes escribieron en el año 2001: “A 22 años de su desaparición en manos de los genocidas. Sus cuerpos y voces claras, clamando por un país distinto permanecen en cada uno de nosotros. Juicio y castigo a los genocidas y sus cómplices. No olvidamos. No perdonamos. No nos reconciliamos”. Como dijeron otros compañeros de militancia que los conocieron: “El ejemplo que José Luis y Josefina dieron seguirá vivo, mientras exista quien se rebele contra la injusticia y la explotación”. Así mismo, memoria siempre vigente, el martes 19 de noviembre de 2019, colocaron una baldosa con su nombre y la de otros estudiantes que cursaron –desaparecidos y asesinados- en el Colegio N° 14 “Juan José Paso, ubicado en Valentín Gómez 3163, barrio Abasto-Balvanera, CABA.