Roberto
Baschetti

Infantino, Jorge Rosario

Porteño nacido el 19 de marzo de 1956 en el barrio de Liniers. En ese barrio fue murguero, integrante de “Los Descamisados de Liniers” agrupación que se formó en una Unidad Básica de la zona. Excelente alumno en la escuela, Jorge empezó a militar en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en el Colegio Nacional N° 13 “Tomás Espora” en Capital Federal. Trabajador telefónico delegado de las oficinas de la calle Acoyte, donde se desempeñaba como Aspirante a ½ Oficial de Oficio y también laboró en las dependencias telefónicas de Ciudadela, provincia de Buenos Aires. Precisamente en febrero de 2023, en febrero, feriado de carnaval, fue reivindicado por los trabajadores telefónicos en su doble condición de delegado del gremio e integrante de la comparsa antes citada. Su padre Vicente, compañero del gremio telefónico y de lucha en el peronismo, recuerda que “un viernes le compramos un pantalón nuevo y al otro día sábado, lo vimos con un pantalón todo rotoso. Por toda explicación nos dijo que se lo había dado a un chico que lo necesitaba más que él”. Lector empedernido, se devoró los 5 ó 6 tomos que relataban la lucha en su barrio de los obreros del frigorífico Lisandro de la Torre. Su abuelo anarquista, Rosario Infantino, fue uno de los siete históricos fundadores del gremio telefónico. Luego de un paso por la derecha partidaria asumió su compromiso en las filas del peronismo revolucionario. Secuestrado-desaparecido en la madrugada del 22 de noviembre de 1977, a los 21 años, por un grupo de tareas de la Fuerza Aérea que lo golpeó salvajemente. Visto antes de su “traslado” en el centro clandestino de detención denominado “Mansión Seré”. Es uno de los compañeros de cautiverio de Claudio Tamburrini que aparece en el libro escrito por éste, llamado “Pase libre. La fuga de la Mansión Seré” editado en 2002 y llevado al cine en 2006. Norberto Urso le dedica su libro “Mansión Seré, un vuelo hacia el horror” y sus compañeros telefónicos de FOETRA lo recuerdan todos los años junto con los casi 120 desaparecidos que sufrió el gremio. Siguiendo con los homenajes, hay una baldosa con su nombre que lo recuerda frente a su casa, sita en Pilar 1033, barrio de Liniers.