Roberto
Baschetti

Koncurat, Mario Lorenzo

“El Jote”. “El Monstruo”, cuando pasó durante su adolescencia por varios colegios secundarios en los que dejó su marca de rebelde. Disfrutaba de las peñas folclóricas, el vino, los Beatles, Los Fronterizos y Los Chalchaleros, también de jugar al póker. Nacido en Capital Federal, el 19 de febrero de 1948. Fue el segundo de cinco hermanos. Hijo de un médico croata afincado una vez llegado al país, en la localidad de General Pico, provincia de La Pampa (allí se destacó este joven, jugando al básquet en el Pico Fútbol Club). Ese padre que hablaba el castellano a lo indio, y era muy divertido escucharlo decir: “Yo huir del comunismo y salirme hijos guerrilleros”. Mario Lorenzo fue un estudiante católico de sólida formación intelectual. Inició sus estudios universitarios en la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba en marzo de 1967. Su primera experiencia orgánica fue en la agrupación estudiantil “Comando de Resistencia Santiago Pampillón” cuando con sus compañeros, participó en el levantamiento popular recordado como “El Cordobazo”, contra la dictadura de Onganía en mayo de 1969. Militante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), una organización armada cuyos integrantes provenían del guevarismo y de sectores disidentes de la izquierda tradicional que hicieron su elaboración teórica en torno a la relación entre revolución y masas populares, para volcarse así de lleno al Movimiento Peronista. Como “farol” y con el seudónimo de Sebastián, entre otras acciones, participó en el asalto al Banco Provincial de Córdoba/Sucursal Fuerza Aérea (29-12-70) y en el copamiento de la casa del Comodoro Pedro Ferrero en la misma ciudad, de donde se llevan armas (junio 1971). También en la toma de la ciudad de Garín (30-7-70). Es detenido en una quinta de Tortuguitas (provincia de Buenos Aires) conjuntamente con Lili Mazzaferro, Francisco Urondo, Manuel Ponce y Juan Julio Roqué, el 14 de febrero de 1973. Recobra la libertad con la amnistía a los presos políticos, tres meses más tarde. Lo recuerdan como un gran tipo, simpatiquísimo, cordial, de gran chamuyo, hiperkinético, recitador de poesía, ocurrente y jodón. Sigue su militancia en Montoneros, luego de la fusión de ambas organizaciones armadas. Lo conocen como “Sebastián” ó “Mario”, donde revista como Oficial Mayor y es subjefe de la Columna Capital, responsable de Prensa y Propaganda. Participó del ataque al Regimiento de Infantería de Monte 29 de Formosa. Estaba casado con Claudia Josefina Urondo (ver su registro), hija del poeta, Paco Urondo (ver su registro) y vivían en el barrio capitalino de Caballito. Oportunamente los casó el Padre Carlos Mugica “en nombre de Nuestro Señor Jesucristo y el Che Guevara”. Con ella –con Claudia- fue secuestrado luego de dejar a sus dos hijos en la guardería, el 3 de diciembre de 1976, por miembros de un grupo de tareas de la ESMA. Iban a ir juntos al cine, pero primero acompañó a su mujer (también montonera) a una cita que estaba “cantada”. Los emboscaron y hubo un tiroteo. Mario recibió un disparo en la espalda y fue trasladado a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en una ambulancia, pero llegó muerto a destino. Ella fue secuestrada y desde entonces está desaparecida.