“Tato” Lafleur nació el 20 de octubre de 1944 en nuestra Capital. Hijo de un escritor y una docente. Comenzó una intensa acción de ayuda social a través de los grupos católicos que integró. El contacto con los desposeídos lo fortaleció en su fe peronista. Con tan solo 17 años de edad, fundó con otros pibes, la Agrupación Juvenil de Estudiantes Secundarios (AJES). El año 1963 lo cuenta entre los fundadores de la Juventud Peronista Revolucionaria (JPR) junto con Eduardo Salvide. Un año más tarde será co-fundador del quincenario “En Lucha”. “Tato” será ladero, compinche y amigo de Gustavo Rearte en la Juventud Revolucionaria Peronista (JRP) de aquellos años ’60, organización que absorbe a la JPR antes citada. Su perfil teórico e ideológico, era también uno de sus fuertes, a punto tal que para 1968 daba clases sobre peronismo revolucionario en forma clandestina en el sótano de un edificio céntrico. Era maestro mayor de obras y hasta concurrió al primer año en la Facultad de Arquitectura. Su inquietud intelectual lo llevó a ser partícipe del Centro de Estudios “Theilard de Chardin” organizado por la revista “Cristianismo y Revolución”. Recibió instrucción militar guerrillera en Cuba. Volvió a la Argentina para iniciar la lucha armada. Fue uno de los fundadores del “Grupo de los Sabinos” (por el “Negro” Sabino Navarro) que luego conformaron los Montoneros desde su origen. Y puso todo su esfuerzo en la creación de la Juventud Peronista de las Regionales que seguía los postulados de aquella organización guerrillera peronista. Se casó con su novia de siempre, con la mina de su vida, la que siempre lo bancó: Helena Alapín. Tuvo dos hijos: Lautaro y Laura. En 1973, con la “primavera camporista” fue funcionario del gobierno del Dr. Oscar Bidegain en la provincia de Buenos Aires. En el ’75 con el giro antipopular y pro imperialista del gobierno de Isabel Martínez llevó adelante las Coordinadoras Obreras de Base en el Gran Buenos Aires, zona Oeste, a pedido de su organización. Fue secuestrado-desaparecido en Castelar, provincia de Buenos Aires, el 10 de noviembre de 1976. Sus familiares y compañeros de militancia, años después, ya con la vuelta de la democracia pusieron en un diario su foto y al lado esta breve declaración de principios: “Estás en nuestra memoria y en la de todos aquellos que no se rinden, todos aquellos que piensan que vale la pena luchar por un mundo mejor para todos los hombres”. Es cierto, vale la pena……esta recopilación es fiel testigo de todos aquellos que dieron la vida por una Argentina digna de ser vivida.