El 7 de septiembre de 1974 una bomba con varios kilos de gelinita, colocada por la Triple A en el palier del 8° piso del edificio ubicado en Senillosa 298 del barrio de Caballito, domicilio del rector normalizador de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UNBA), Dr. Raúl Laguzzi, mató a un hijo de éste, Pablo Gustavo de tan sólo 6 meses de vida. Según trascendidos, el agente de custodia se retiró poco antes del atentado, ocurrido a las 3.10 hs. de la madrugada y antes se escucharon apresurados pasos con tacos de una mujer. El explosivo fue colocado en el cuarto de incineración, lindera al dormitorio del bebé. Sus padres resultaron heridos, pero quedaron retenidos en una viga que les salvó la vida. La explosión solo dejó en pie algunos marcos de hierro del departamento. Raúl luego se repuso, encontró a su hijo en el segundo piso y lo llevó al hospital, pero pocas horas más tarde éste murió. Cuatro mil personas acompañaron el cortejo fúnebre al cementerio de la Chacarita. Los padres de Pablito debido a las amenazas que no cesan luego de este bárbaro hecho, parten hacia el exilio mexicano. Treinta años después, la Justicia reconoció la responsabilidad del Estado en ese crimen, cometido por la sangrienta organización paramilitar de ultraderecha, e indemnizó a la familia. Los padres donaron todo el monto de la indemnización, a 20 entidades que ayudan a chicos con hambre en todo el país. En sus propias palabras: “destinar íntegramente lo percibido para concurrir a los esfuerzos de paliar los sufrimientos de niños víctimas de otra forma de terrorismo: el de la miseria”.