“Pantera”. Nacido un 24 de diciembre de 1948, en Avellaneda, provincia de Buenos Aires. Estudiante de 3º año de Ingeniería en la Universidad Tecnológica Nacional (UNT). Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y luego de Montoneros. En la madrugada del 28 de julio de 1977, dos cercos consecutivos de un Ejército armado hasta los dientes, rodearon la casilla de madera de Bahía Blanca al 1480 en la localidad de Wilde, partido de Avellaneda. Un grupo más pequeño irrumpió. Buscaban a Landriscina. Lo encontraron, Jorge Carlos no se resistió. Adentro, estaban sus dos pequeños hijos y su mujer. En la casilla del fondo del terreno, estaba su madre. Él trabajaba en Cristalux, una enorme fábrica de productos de vidrio de la avenida Pavón al 2200, también en el partido de Avellaneda. Con 29 años, había empezado a hacer los trámites para exiliarse en Venezuela. Sabía que estaba marcado y lo irían a buscar. Del humilde hogar se llevaron lo poco de valor que había, algunas cadenitas de oro y una cámara y equipos de fotografía, una actividad que entusiasmaba y a veces hasta daba de comer con algún casamiento o trabajito extra. La familia se movió para buscarlo, pero nada. Un primo, dicen, el conocido cómico Luis Landriscina intentó al ser una figura pública hacer alguna averiguación. Desistió cuando le dijeron que dejara de preguntar, porque podía pasarle lo mismo. Quedaron dos hijos y una mujer sin el jefe del hogar, sin padre, sin marido. Una madre a la que esta vez los militares le arrebataban a un hijo. Ella ya había perdido al marido, Pascual Landriscina, con las bombas contra el pueblo arrojadas por la fuerza aérea (de Marina y Aeronáutica) en la Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955 y que causaron alrededor de 350 muertos.