Roberto
Baschetti

Lebrón, Carlos Federico

“Caco”. “Teniente Antonio”. “El Sordo”. Según cuenta la socióloga Dora Barrancos, la familia de Lebrón era muy antiperonista, pero él siguiendo su propia formación intelectual en ascenso, conjuntamente con ella y con Pedro Krotsch, -poco después de la muerte del Che- se relacionaron con Rodolfo Puiggrós y surgió así un grupo de análisis para el estudio del peronismo y las luchas sociales. Carlos Federico Lebrón era Teniente de Navío (especialista en Ingeniería y Control de Tiro) cuando tomó parte de la sublevación ocurrida en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el 11 de noviembre de 1972, como una forma de garantizar por la razón de las armas, el regreso de Perón a la Argentina luego de 17 años de exilio. Fue dado de baja en la Marina de Guerra. Comenzó entonces su militancia en el peronismo montonero, siendo inclusive instructor militar de dicha organización y co-autor del “Manual del Ejército Montonero”. Destinado a Tucumán para ver la posibilidad de abrir un foco de guerrilla rural luego del golpe militar del ’76, fue visto casualmente por los custodios del almirante Rojas que estaban en la vereda del Hotel Coventry, sito en la capital tucumana, tomando un copetín. Estaba desarmado, lo persiguieron y lo mataron en plena calle, con 37 años de edad. Fue el 2 de julio de 1976. “Pancho” Lebrón, grande en su entrega por la causa, cálido en su trato y enorme en la magnitud de sus ideales, fue el primer oficial de la Armada que murió luchando por hacer realidad la revolución en la Argentina. Sus restos mortales fueron llevados por su padre Celestino al cementerio capitalino de Flores. Luis Labraña, compañero de militancia tiene este recuerdo de él: “¿Cómo era Lebrón? Se vestía como un inglés con un piloto beige muy sucio, tipo Sherlock Holmes y andaba siempre en un Ford Fairlane de la familia; muy cálido como (Paco) Urondo, pero también un tipo muy metódico y cerrado (…) un tipo valioso como ser humano, sin lugar a dudas”. Un pelotón de combate montonero con su nombre y apellido (“Oficial Carlos Lebrón”) y en su homenaje, el 27 de agosto de 1976, dinamita las instalaciones del Foto Club de La Marina, lugar donde funciona la redacción de una revista de esa fuerza armada y la delegación de Reclutamiento de la misma Armada, cuando además, en ese momento, se proyectaba una película de la embajada de los Estados Unidos de Norteamérica.