Susana Graciela Lesgart de Yofre. Nacida en Córdoba el 13 de octubre de 1949. Maestra. Cariñosamente llamada “La Gorda”. En un principio registra un paso por el trotskismo. Integrante del grupo originario cordobés de la organización Montoneros, a la que llegó a través de Emilio Maza. Participó en la Asociación de Estudios Sociales (AES) en la Universidad Nacional de Córdoba ya que estudió Arquitectura primero e Historia luego. Se radica en Tucumán, donde ejerce su profesión de maestra y comparte desde la militancia –creando en dicha provincia la “orga” y siendo su responsable- la dura vida de los cañeros de la zafra. Detenida en diciembre de 1971 luego de dirigir varios operativos urbanos. Asesinada el 22 de agosto de 1972 en la Base Almirante Zar de Trelew por la Marina de Guerra. Al momento de morir contaba con 22 años. Sus restos, pese a la prohibición militar, fueron velados en la Confederación General del Trabajo cordobesa. Sus compañeros la definen como una mina valiente, con garra, con ovarios, con decisión, que siempre iba al frente: su frase preferida, su muletilla, era: “¡No te quedés, carajo!” y nadie se abatataba a su lado. Físicamente era de estatura mediana, pelo castaño, rostro agradable, simpática e inteligente. Primero estuvo casada con Alejandro Yofre Newton –también miembro de Montoneros- y luego fue pareja de Fernando Vaca Narvaja. Muchos años más tarde, en período democrático, cuando trasladaron los restos mortales de Susana desde el cementerio San Jerónimo –donde estaban ocultos para evitar represalias- hasta el Parque del Recuerdo, el cajón de madera se rompió y dejó al descubierto una larga cinta con los colores de la bandera argentina (escrita en agosto de 1972) que estaba en su interior. La misma decía: “A un combatiente del pueblo no se lo llora, se lo reemplaza en la lucha. Montoneros”.