Roberto
Baschetti

Linares, Salvador

Palomo”. Le quedó ese sobrenombre por su homónimo español, Palomo Linares, torero en España y ampliamente publicitado a todo color por los cartelones que anunciaban esos eventos en la plaza de toros madrileña. Fue el diagramador más importante que tuvo la revista “El Descamisado” órgano de difusión de Juventud Peronista de las Regionales ligada a las políticas montoneras, aunque él se mostraba escéptico en cuanto a encuadrarse sin más. Pero nunca se fue de la publicación ni en las épocas más jodidas. Ricardo Grassi en su imprescindible libro “Periodismo sin aliento” lo describe así: “De su infaltable maletín negro empieza a sacar hojas de diagramación, lápices, reglas y tipómetros mientras lo miramos como a un prestidigitador. Sus rasgos más característicos son ojos negros grandes y algo vidriosos, párpados a media asta de los que salen pestañas renegridas que podrían abanicar multitudes y la precisión de sus manos para trazar líneas en una hoja de papel (…) Se hizo diagramador porque es el modo de ganar dinero y mantener la cantidad de hijos que aún joven ha procreado. Cuando llega al ‘Desca’ ya tiene hasta un nieto. Para aligerarse de tanto peso, empina el codo y con el tiempo nos dirá que, así como la Triple A lo amenazaba, otra Triple A lo salvó por entonces: Alcohólicos Anónimos Argentinos. (Peronista de la época de Perón) venía de la Resistencia Peronista, en la que la forma de militar era más ambigua, no maximalista como la nuestra, que es inflexible en exigir coherencia con los principios. Había que trabajar, no solo militar, y él trabajaba para todos”. Vuelta la democracia y de nuevo en Argentina colaboró en la revista tercermundista “Question Latinoamericana”, entrevistando pintores y diseñando la gráfica que acompañaba la respectiva nota. Sus últimos días los vivió a orillas de un Riachuelo ya saneado, en un departamentito del barrio xeneixe de La Boca. Falleció de una triste enfermedad ya vuelta la democracia, a fines del 2010. Con su humor negro a flor de piel siempre decía que era fundador y parte del Club del Cán (cer) haciendo un juego de palabras con aquel famoso Club del Clan de los ’60 (donde cantaban Palito Ortega, Violeta Rivas, Lalo Franzen, y Jhonny Tedesco entre otros). Carlos Pesce, compañero de militancia de Linares, lo recuerda muy sentidamente de éste modo: “Yo era un incipiente fotógrafo, y él diagramador de una revista. Una extraordinaria revista semanal, una especie de revista “Hola”, de los pobres, de los oprimidos, de los luchadores… Pero Salvador no era nada más que un diagramador… ponía en ello toda su capacidad y sensibilidad, para en cada foto, en cada título, transmitir algo más que un artículo o un reportaje… ponía ideología… El mismo nombre o logotipo de la publicación (“El Descamisado”), fue de su creación… Se habló del título, y él rápidamente, dibujó, garabateó en un papel con un rotulador, a la manera de los grafittis políticos en las paredes, las palabras… Al principio, previsiblemente, no gustó, (era inaceptable tanta espontaneidad…) y se convocó a otras alternativas de ideas gráficas, más pensadas, más sesudas, más “elaboradas” que las hubo y muy ingeniosas… pero prevaleció y quedó la suya, tan cargada del verdadero sentir y expresar del pueblo y de la calle, que es a donde iba dirigida la publicación… Y así salió y siguió saliendo… El semanario pudo ser publicado poco menos de un año… lo suficiente para marcar en la memoria popular, un antes y un después de los medios gráficos impresos”.