Era un buen jugador de ajedrez. Desde muy joven trabajó en el ámbito inmobiliario. Tenía planes para casarse y desarrollar su vida. Su interés por la política surge tempranamente por influencia de su padre y su hermano mayor (Arnaldo. Ver su registro). Tenía tan sólo 21 años. Militante peronista asesinado –en un burdo intento de fusilamiento- en los basurales de José León Suárez, el 9 de junio de 1956. Fue durante una acción punitiva del gobierno de facto y asesino de Aramburu y Rojas, contra un levantamiento encabezado por el general peronista Juan José Valle. Los “gorilas” no dejaron velar su cuerpo a la familia, les impusieron un cajón cerrado. Pero al otro día cuando el cortejo familiar llegó al cementerio de Olivos, al lado de la fosa abierta que esperaba el cadáver, había flores por todos lados, dejadas anónimamente por la gente. En el libro de Enriqueta Muñiz, aparecido en diciembre de 2019 (“Historia de una investigación. Operación Masacre de Rodolfo Walsh”), ella afirma que Carlitos Lizaso sólo atinó a decir, ante el máuser que el apuntaba: “¡Cómo! ¿Y así nos matan? (…) Recibiendo 5 tiros, cuatro en el pecho y el quinto de gracia, en la cabeza”.