Hijo de Pedro. Hermano de Arnaldo, Carlitos, Irma y Jorge. Nacido el 6 de diciembre de 1938. Peronista de la primera hora. Ya en 1957, con 19 años, fue preso en la “Marcha del Silencio” en homenaje a los muertos asesinados el año anterior y en repudio a la mal llamada “Revolución Libertadora”; rápidamente rebautizada por el pueblo “Revolución Fusiladora”. La causa de su detención fue que había escrito con tiza en una pared: “¡Viva Perón!”. El “Gordo” Miguel Lizaso con su hermano Jorge, organizaron la Juventud Peronista de Zona Norte de Provincia de Buenos Aires, siendo el epicentro de la convocatoria la Unidad Básica “Combatientes Peronistas” de Mitre y Malaver, Munro, que ellos fundaron gracias a un pasador de quiniela y cabarutes, que cayó en cana y les dejó el lugar “gratirola”. En ese preciso lugar nació la organización montonera que pobló y actúo en el Norte del conurbano bonaerense. Miguel, en 1974, fue director de la revista que defendía los puntos de vista de la Juventud Peronista y Montoneros: “El Peronista que lucha por la liberación”. Llegó a ese cargo, debido a la necesidad política de poner al frente del semanario a un dirigente peronista de renombre y pasado histórico. Con su risa bonachona y transparente le comentó a Jorge Lewinger: “Sabés que en el barrio ya me pararon varios compañeros y me dijeron: che no sabíamos que supieras escribir. No te perdonan una, viejo”. La Triple A le voló la casa, pero pudo salvar a su mujer e hijo. A la edad de 38 años, Miguel Lizaso, cayó abatido en el intento de secuestro o ejecución a un ejecutivo norteamericano de la firma Sudamtex (en conflicto con su personal), en la localidad de Martínez, provincia de Buenos Aires. Eso fue el 14 de septiembre de 1976. Su compañero en la “orga”, Yuyo Rubino, lo recuerda con admiración: “Era un cuadro político, un buen compañero, un jefe valiente y un modelo a seguir. Tras la desaparición del Negro Quieto me vino a buscar a una mueblería que podía caer en cualquier momento. Entró como una tromba en su Rastrojero, diciéndome que rajáramos de allí. Al irnos me iba explicando que le habían podido avisar a todos los compañeros menos a mí. Entonces decidió buscarme personalmente, arriesgando su vida”. Con el regreso de la democracia se reveló que la vieja Unidad Básica de Munro, estaba tapiada y era “botín de guerra” de un marino que buscaba lucrar con el valor inmueble de la finca. Los pibes peronistas de la zona que tomaron la posta (y otros que de pibes no tenían nada, como la ex militante de Juventud Peronista y Montoneros y actual diputada nacional, Lita Artola) enfrentaron al represor y sus compinches y ocuparon el lugar. Luego de dos años y medio de marchas, escraches e innumerables actividades reivindicativas, lograron que el Senado de la Provincia de Buenos Aires expropiara el inmueble en cuestión donde ya funcionaba la “Casa de la Memoria y de la Resistencia Jorge Nono Lizaso” (es increíble, pero el interior de la finca conservaba las pintadas y cartelones pegados de la época de los ’70) y que se entregara ahora, por ley, el lugar a ellos mismos, quienes construirán un museo de la Memoria y un Centro Cultural. Adriana Moyano, esposa de Miguel Francisco Lizaso, escribió en 2010, en un nuevo aniversario de su muerte, en Página 12; “Y en ese codo a codo que tuvimos, tu sangre, esa que derramaste por tu pueblo y por tu tierra, corrió también por mis venas transformada en el hijo que me diste. Por eso él y yo te llevamos en los latidos de nuestro corazón hasta que la muerte nos dé la mano. ¡Hasta la victoria siempre!”.